–¿Que le ha motivado a escribir series?
–De niño fui muy amante de las series. Devoraba “Guillermo Brown”, “Tarzán”, comics como los de “Flash Gordon”, “Rip Kirby” o “El capitán Trueno”, y hasta caí en manos de Enid Blyton con las suyas. Siempre quise crear personajes, así que he creado a Daniel Ros (novela negra para adultos) que cuenta ya con 4 novelas y una película en TV, Víctor (15 libros en SM), Zack Galaxy (3 libros en Alfaguara), más la serie Sam Numit (6 libros en Timun Mas) que es la más antigua y ya no se edita.
–¿Que ventajas reúnen para usted las series?
–Explorar las posibilidades de un personaje me parece un fantástico trabajo creativo y un reto. Con Daniel Ros puedo ejercer la crítica social a través de casos policiacos, con Zack Galaxy dar rienda suelta a mi faceta fantástica, y con Víctor liberar al niño que llevo dentro. Antes, con Sam Numit, uní el rock con la novela policiaca. Pero no puedo hablar de “ventajas”. La mayoría de autores imagino que quieren escribir una serie, encontrar “un personaje”, unos por si se hacen ricos con ella (comics, TV, cine) y otros para profundizar más en su vena creativa y buscar nuevos caminos narrativos, como es mi caso.
–¿Que opinión le merecen las críticas vertidas sobre las series como producto de consumo o fruto de la falta de ideas?
–Una memez. Que alguien trate de desarrollar un personaje en 15 libros, caso de mi héroe Víctor, sin aburrir ni repetirse ni cansar. Quien piense que hacer una serie es lo más fácil está en las antípodas de la realidad y no tienen ni idea del esfuerzo que representa meterse periódicamente en la piel de ese personaje. ¿Falta de ideas? Hacen falta más ideas que en una simple novela normal. Pero en este país lo realmente fácil es criticar. Y critican quienes, justamente, tienen menos idea de lo que hablan.
–¿Cree que los lectores de hoy están interesados o preparados para libros de tales características?
–Lo primero que me viene a la cabeza es decir que los lectores están preparados para todo, y que cuanto más haya en el mercado, más podrán elegir. No se trata nunca de cantidad sino de calidad. Si hay mucho siempre habrá algo válido, mientras que si hay poco… El afán coleccionista forma parte del ser humano. En cuanto al interés, siempre, siempre, han habido series y personajes populares, desde los James Bonds o los Indiana Jones actuales a los que me fascinaban a mi de niño. Eso no cambiará nunca. Sin embargo, también he de decir que como autor nunca he pensado en el público a la hora de escribir –algo por otra parte ya sabido–, sino en mi mismo. Si hago series es porque me gusta hacerlas, no porque crea que voy a crear un super-personaje o porque el público “lo esté esperando”.
–¿Tiene constancia de la aceptación de su obra seriada?
–Sí. Daniel Ros ha llegado a la tele en forma de película y el personaje es conocido a nivel de lectores de novela negra. Víctor tiene varias ediciones de sus títulos más conocidos y ha sido traducido incluso al japonés. Zack Galaxy, en sólo 3 años y con sólo 3 títulos, a uno por año, lleva también hasta hoy 5 ediciones del primero y 3 del segundo y 2 del tercero. Y con tirajes altos puesto que son editadas por editoriales como SM o Alfaguara.
ENTREVISTAS REVISTA CLIJ
ABRIL 2000
1 ‹ ¿Que supone para usted este nuevo premio por “El fabuloso Mundo de las Letras”?
Nunca he ocultado que soy competitivo, conmigo mismo, no con los demás. Y me exijo mucho. Gacias a esa exigencia he superado traumas como ser tartamudo en la niñez y en la adolescencia. Para mi, un premio es una palmada de ánimo, un orgullo, hace que me sienta bien conmigo mismo y feliz de hacer algo tan hermoso como es haber cumplido el sueño de mi vida: ser escritor. Pero también hay otros componentes, por ejemplo, la memoria de mi padre, muerto dos semanas antes de que yo ganara mi primer premio literario en 1975. Siempre deseó verme ganar un premio y se fue sólo un poquito antes. Así que llevo ya más de una docena de ganados y un buen montón de finalistas, selecciones de mérito, listas de honor y cosas así. Este año he ganado mi primer premio internacional, el Premio A La Orilla Del Viento, que se concede en México. Y el premio de la CCEI no es un concurso, sino que se lo dan al que la Comisión cree que ha sido el mejor libro del año anterior. Es un premio honorífico. Así que me siento muy feliz por todo ello.
2 ‹ ¿Por qué cree que gustan sus libros a niños y jóvenes?
No lo sé, no tengo la respuesta del éxito. Puedo intuir que es porque conecto con ellos, hablo su lenguaje, pienso y siento como ellos pese a tener 52 años. Eso hace que me vean próximo, como un colega que les escucha, les entiende. Por lo menos es lo que percibo en mis charlas en colegios. Pero también es cuestión de honradez, de ser honesto contigo mismo y con los demás. Mis libros son muy rápidos de leer, pueden ser duros pero también rebosan ternura, suelen no cansar ni aburrir, los lectores se sienten identificados con los personajes, porque son como ellos mismos. De todas formas todo lo que pueda decir al respecto creo que lo dije hace un año, en el CLIJ nº115 de abril de 1999. Podéis recuperarlo o leerlo en mi página web: www.sierraifabra.com.
3 ‹ Mantienes una fama de autor duro y comprometido con este tiempo. ¿Como afecta ese compromiso a tu literatura?
Esta respuesta merecería un libro y es difícil de resumir. Hace poco, un crítico (clásico ejemplo de los que hablan sin tener ni idea ni conocen a la persona de la que hablan) dijo que “sacaba noticias de los periódicos para hacer novelas, mostrando mi falta de imaginación”. Es aberrante que alguien pueda decir eso, a menos que no me conozca en absoluto. En defensa mía y de algunos más, Goytisolo dijo lamentándose hace unos días que en España no hay autores comprometidos, que nadie habla de los grandes temas que afectan a la humanidad salvo unos pocos, y yo soy uno de ellos. Sí, me siento comprometido, y mucho, pero no porque lo lea en los periódicos, sino porque lo he visto con mis ojos. Viajo sin parar, y de mis vivencias saco mis obras, no de los periódicos, aunque luego me documente con ellos y así lo reconozca en los créditos de mis novelas. No soy un autor cómodo: me muevo, vivo, y conozco los temas de primera mano. Gunter Grass dijo al recibir el Principe de Asturias que ama escribir pero que se le atravesó Alemania en su obra. Yo amo escribir pero se me ha atravesado el mundo. Ese es mi compromiso. Cierto que también hago obras de humor, y novelas con personajs adolescentes y sus problemas, pero en los años 90 la mayoría de mis grandes obras son duras y reales, y es porque las siento así. Repito lo que digo siempre: que escribo lo que siento, no lo que imponen las modas o el público o los editores. Hace quince años empecé a hacer novelas realistas cuando nadie las hacía. Mi literatura está ahora mismo muy afectada por ese compromiso.
ENTREVISTAS REVISTA CLIJ
ABRIL 2003
1 ‹ ¿Qué supone para usted este nuevo premio por “En un lugar llamado guerra”?
Mis motivaciones para presentarme a un premio literario siempre son diferentes, prestigio por ganarlo, reto personal, competitividad, probar la calidad de una obra… En cualquier caso lo menos importante siempre ha sido la parte crematística, y cuantos me conocen saben que eso es ley para mí. El dinero de un premio siempre es un avance de derechos de autor, te pagan antes lo que vendes luego, así que te lo descuentan y por lo general no ganas nada extra, salvo el reconocimiento del galardón, por eso es lo que de verdad cuenta para mí. Me presenté al Premio Abril por una sóla razón: publicar en todas las variantes linguisticas del estado, incluidas dos que para mí eran nuevas, el bable y el aragonés. Haberlo ganado significa estar ahí, y tener un libro en dos lenguas que antes no tenía. Esas son las ilusiones que, por lo general, me mueven. Y me siento orgulloso de irlas colmando poco a poco. Lo otro, que sea mi premio número 17, no es más que aleatorio. Cada premio que gano o me otorgan, para mí es siempre el primero.
2 ‹ Los autores de LIJ se quejan siempre de la poca atención que los medios dedican a la difusión de este tipo de literatura. ¿Cuál es su experiencia y su opinión, como autor que escribe indistintamente para adultos y para niños o jóvenes?
Este es uno de los temas que merecería una Biblia y no hay espacio para tanto. En primer lugar cabría hablar de la mezquindad de esos medios, que puestos a valorar, valoran antes lo foráneo que lo nacional, y en segundo lugar, la incapacidad que tenemos los creativos hispanos (desde los cineastas en crisis hasta nosotros, los plumíferos) por hacernos un hueco y merecer un mínimo respeto por lo que hacemos. Y parece una guerra perdida. Hace unos meses me irrité profundamente con una noticia aparecida a toda página en El País. Se destacaba que “el best-seller inglés Molly Moon había vendido 55.000 ejemplares en su país y ya había sido comprado para ser llevado al cine”. La propia autora decía que las productoras británicas pedían las galeradas a las editoriales para poder comprar derechos antes de que los libros se editaran. O sea, exactamente igual que en España, donde hay colas de productoras en nuestras editoras para hacerse con nuestros derechos. Por Dios, en España ni colas ni nada, ¡ni lo leen! ¡Nadie nos lee salvo en las escuelas y algunos padres! Pero que El País destaque los 55.000 ejemplares vendidos de un libro en Inglaterra a toda página, y no los 240.000 que lleva “Campos de fresas” o los miles que vendemos autores como Gómez Cerdá, Martín, Gisbert, Lalana, Farias y una docena más, es vergonzoso. Y no sé de quién es la culpa. ¿De nuestros editores por no hacer más presión y valorarnos? ¿De nosotros por no ser unas estrellas del rock? ¿Del extranjero que apenas nos traduce? Es cierto que yo publico indistintamente todo tipo de obras (léase “juveniles y adultas”), pero es que nunca me planteo si escribo para jóvenes o no jóvenes, calvos o peludos, altos o bajos. Yo soy escritor, y hago libros, nada más. No creo en las etiquetas. Pero te etiquetan. En mi caso esto ha sido demencial, primero fui un rockero que se dedicaba a hacer libros, luego un ex-rockero que vivía de los libros, más tarde “un escritor joven”, después un autor infantil y juvenil, ahora publico un libro para adultos (mi triología “El tiempo del exilio”, Planeta) y aún hay críticos que se sorprenden (¿Pero este no hacía libros para niños?). Los expertos en novela negra no te colocan en sus anales porque no te dedicas solo a la novela negra. Los expertos en ciencia ficción no te colocan en sus anales porque no te dedicas solo a la CF. Tanto da que tengas best-sellers sonados en ambos campos. Como te sales… no encajas. Hay que seguir las normas. Este es el país de los que no encajamos. Las etiquetas matan muchas oportunidades. Encima, este es también el país de la mediocridad en el que nunca apareces en TV porque no tienes un rollo con ninguna actriz, en donde se te pregunta por radio si es tu primera novela publicada… Resulta asombroso que tengas más éxito y fama en Latinoámerica (TV, radio, prensa, seguimientos, entrevistas, programas especiales, etc.) que no en tu casa. Pero es así. Y seguiremos siendo autore de LIJ y seguiremos no existiendo para los grandes medios aunque vendamos millones de libros. Como dijimos en aquella carta, “somos invisibles”.