Jordi Sierra i Fabra es un escritor empedernido y un viajero infatigable. Escribe desde bien pequeño, sobre todo desde que descubrió que al hacerlo no tartamudeaba, y viaja desde que tuvo posibles para hacerlo. Sus primeros viajes importantes los realizó con las grandes figuras del rock, fue su etapa de crítico musical, después comenzó a viajar a otros lugares del planeta, a esos donde no se celebran conciertos multitudinarios ni acuden los cantantes más afamados, son los países llamados del tercer mundo o en vías de desarrollo.
Para este sempiterno viajero tuvo que ser un regalo inimaginable saber que Kafka escribió cartas en nombre de una muñeca a su dueña, y comprendo que Sierra i Fabra escribiese el libro Kafka y la muñeca viajera, pues no podía ser de otra manera para una persona que disfruta recorriendo diferentes lugares del mundo. Viajar es una de sus aficiones, la misma que posee la protagonista no humana de esta historia.
Como es sabido, Kafka escribió esas cartas para consolar a una niñita desconocida, pero de ellas no se sabe nada, seguramente desaparecieron, por eso Sierra i Fabra se atrevió a idear los mensajes que una persona tan sensible y cultivada como Kafka podía haber plasmado.
Esta novela, escrita con gran ternura y grandes dosis de sensibilidad refleja el lado más humano del autor nacido en Praga y la ternura que es capaz de reflejar en sus páginas el escritor nacido en Barcelona.
Sierra i Fabra narra maravillosamente lo sucedido; fiel a su estilo literario, nos ofrece un texto ágil, ameno, perfectamente estructurado en cuatro partes, repleto de mensajes positivos para la formación de los pequeños.
Cada parte tiene un título: Primer sueño: la muñeca perdida, Segunda fantasía: las cartas de Brígida, Tercera ilusión: el largo rumbo de la muñeca viajera y Cuarta sonrisa: el regalo. Los capítulos van indicados con las letras de nuestro abecedario.
La trama se desarrolla siguiendo el contenido de las misivas que la muñeca Brígida envía a su dueña Elsi. Atendiendo al contenido de las mismas se pueden entresacar estos datos:
En la primera carta la muñeca se disculpa por haberse marchado sin avisar y lo justifica aduciendo que las despedidas son tristes y ella quiere evitar penas a su dueña, y entre tantas disculpas se puede leer “Las personas y las muñecas estamos hechas de sentimientos y emociones que hay que ir gastando poco a poco. Son nuestra energía vital” Quizás su destinataria no pueda comprender la profundidad de esta reflexión pero sí entiende que su muñeca es igual que ella.
Al hilo de esta carta, el protagonista le aclara a la niña que las muñecas que no abandonan a sus dueñas lo hacen por temor, pues lo normal es volar de los brazos de sus amas para ser felizmente libres, cosa que deseamos todas las personas al alcanzar una edad determinada.
En la segunda carta Brígida le cuenta sus andanzas por la ciudad de París, sólo le aconseja a su dueña que sea buena pero le inocula el placer de conocer nuevos lugares, así la niña comenta: “Qué suerte poder viajar” .
La muñeca era la más feliz de todas las muñecas del mundo, porque era libre, valiente y viajaba a todas partes, y allí donde iba se acordaba de su amiga/dueña.
Desde la sabana africana le cuenta lo que ve, lo que siente y lo que desea y entre otras cosas le cuenta que es incapaz de disparar un tiro contra los animales, “son tan hermosas estas bestias salvajes” , le comenta y le confirma la suerte que tiene al poder vivir en este mundo tan bello.
En esta carta, desde Tanzania, Brígida le habla a la niña de la importancia que tienen los sueños para poder alcanzar nuestras metas y le anuncia que “los sueños son la base de la vida. Sin sueños no somos más que cuerpos perdidos que vagan por lo cotidiano” .
Por fin Brígida se casa y es feliz, Elsi también lo es al saber que su amiga/muñeca vive una nueva vida en compañía de la persona amada.
Kafka está contento, ha superado la prueba y le comenta a Dora, su compañera, que no ha creado una insólita fantasía, sino que ha recuperado a un ser humano, que prefería a la niña feliz que a la despechada por la pérdida de su muñeca.
El relato no transmite únicamente los sentimientos del autor, sino que también añade una serie de consejos que ayudan a los lectores a sentirse bien consigo mismo y con los personajes que encarnan valores positivos.
En este cuento, Kafka se siente feliz por la obra bien hecha, que no es sólo la escritura de las cartas sino el haber hecho feliz a un pequeña que se sentía dolida en lo más profundo de su corazón al comprobar que alguien le había arrebatado su muñeca.
Pero en realidad es Jordi Sierra i Fabra quien se siente feliz ante tamaña obra escrita. Es una persona que disfruta escribiendo y que consideró desde el principio este libro como una de sus mejores obras.
Por este libro ha obtenido el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. Sierra i Fabra fue propuesto para el mismo en más de una ocasión y este año, cuando el autor ha cumplido los sesenta, ha publicado más de trescientos libros, ha vendido casi ocho millones de ejemplares del conjunto de su obra en veinticinco idiomas diferentes, ha recibido veinticuatro premios más y otras tantas menciones y distinciones, es cuando ha alcanzado tan deseado galardón.
José R. Cortés Criado, Profesor IES María Zambrano de Torre del Mar, Málaga. Doctor. Especialista en Literatura Infantil y Juvenil.