ENTREGA DEL PREMIO LITERARIO JORDI SIERRA I FABRA 2012
El día 13 de marzo, en la Real Casa de Correos de Madrid, se entregó el VII Premio de Literatura Jordi Sierra i Fabra para Jóvenes a la ganadora del concurso, Alba Quintas Garciandia, de 17 años. La entrega se la hizo la princesa de Asturias, doña Letizia, que posteriormente departió con ella y con Jordi en la fiesta que siguió al evento. Tres de las vencedoras anteriores, Jara Santamaría, Lorena Moreno y Arlet Hinojosa, asistieron también al acto. Era la primera vez que se reunían cuatro de los siete vencedores del premio. En su alocución a los presentes, Alba gradeció a la Fundació Jordi Sierra i Fabra la ayuda que presta con su concurso para que los jóvenes se atrevan a escribir, y después conoció a un buen número de autores asistentes a la fiesta. Por la tarde, Alba y Jordi se tomaron las fotos de rigor y hablaron más de dos horas sobre sus inquietudes.
Alba y SAR la Princesa Letizia
Alba en un momento de su discurso.
Jordi con Lorena, Alba, Arlet y Jara, vencedoras de los permios 2010, 2012, 2011 y 2007 respectivamente.
ACTA DE LA CONCESIÓN DEL VII PREMIO JORDI SIERRA I FABRA PARA JÓVENES 2012
Reunido en la ciudad de Barcelona a 13 de febrero de 2012, el jurado del Séptimo Premio Jordi Sierra i Fabra para Jóvenes, integrado por Dª Victoria Fernández, Dª Elsa Aguiar, Dª Elena O’Callaghan, Dª Antonia Cortijos y D. Pep Durán, actuando como secretario sin voz ni voto D. Jordi Sierra i Fabra, se han acordado los siguientes fallos:
GANADOR DEL PREMIO JORDI SIERRA I FABRAPARA JÓVENES 2012:
Alba Quintas Garciandia,
de Madrid,
por “Al otro lado de la pantalla”
FINALISTAS
Primer finalista (ex-aequo, por orden alfabético):
Elena Durán Ferrero,
de Girona,
por “Silencios o lavanda”
y
Vicente Dongo Flores,
de Manzanares, Ciudad Real,
por “Mi nombre es Equis”
Segundo finalista:
Esther González Muñiz,
de León
por “Esquirlas de libertad”
Tercer finalista:
María Alonso Colón,
de Madrid,
por “El cielo es de los cobardes”
Cuarto finalista:
Irene Martí Gil,
de Tarragona,
por “¿Naranjas o clementinas?”
Quinto finalista:
Margarita Martínez Coves,
de Elche, Alicante
por “ENS”
Sexto finalista (ex-aequo, por orden alfabético):
Daniel Morón Gonzalo,
de Cabañas de Ebro, Zaragoza,
por “Las lanzas de Heracles y Perseo”
y
Guillermo Verdejo Sáez
de Valdepeñas, Ciudad Real,
por “Constanza”
LISTA DE HONOR ORO (POR ORDEN ALFABETICO)
Adriana González Espiña, de Igualada, Barcelona,
por “La seguridad del olvido”
Alba Sánchez Guerrero, de Jérez de la Frontera, Cádiz,
por “Alas para soñar”
Almudena López Cano, de Archidona, Málaga,
por “La violinista de fuego”
Ana Isabel Heras Ruiz, de Burgos,
por “El as escondido”
Ana Isora González de Lena Román, de Arriondas, Asturias,
por “Sobre Cenizas”
Cristina Zapatero Flórez, de Palencia,
por “Gaviotas en Madrid”
David Navarro Ciurana, de La Pobla de Vallbona, Valencia,
por “Princesas de hielo”
Irene Barahona Fernández, de Zamora,
por “El manto de la libélula”
María Ortega Camacho, de Talavera de la Reina, Toledo,
por “Los hijos de Amílcar”
Ylenia Perera Perera, de Vecindario, Las Palmas de Gran Canaria,
por “Donde nos lleve el viento”
LISTA DE HONOR PLATA (POR ORDEN ALFABETICO)
Ana Ato González, de Murcia,
por “Ophidia”
Ana de las Heras Molina, de Madrid,
por “Guitar’s soul”
Inés Zugasti Asín, de Pamplona,
por “El llanto del cisne ahogado”
Irene Cid Vega, de Alcalá de Henares, Madrid,
por “La sombra de nuestra inocencia”
Luís Bayona Bou, de Valencia,
por “3000”
María Herrezuelo Lafuente, de Brunete, Madrid,
por “Lo diferente es especial”
Maribel Aquilino Mesa, de Mislata, Valencia,
por “La amenaza sombría”
Sara Molina León, de Valle de Guerra, La Laguna, Santa Cruz de Tenerife,
por “En el reino de Equus”
Susana Sanz Velasco, de Madrid,
por “Juego de sombras”
Al Premio Literario Jordi Sierra i Fabra para Jóvenes 2012 se han presentado 92 obras (récord absoluto hasta hoy). Por géneros, 40 eran novelas realistas, con temas como racismo, malos tratos, matones, acoso, mafias, voluntariado, tráfico de bebes, adopción, familias desestructuradas, locuras, paranoias y adolescentes con problemas; 21 eran de fantasía, ángeles y demonios, fantasmas errantes, limbo, y reencarnaciones; 12 eran mezcla de fantasía y realidad o realidad y fantasía; 4 históricas, Grecia, el Medioevo, Napoleón y Amílcar Barca; 4 de ciencia ficción; 4 de misterio; 2 de terror; 2 de aventuras y 2 de temas subrealistas.
Después de la primera criba, pasaron 28 libros a la segunda fase, y de ella quedaron seleccionados los 9 finalistas y los 19 integrantes de la Lista de Honor en sus dos categorías, Oro y Plata. El comité de lectura y selección, destacó en esta ocasión el aumento no sólo de originales recibidos, sino el de nivel medio, pese a que sigue habiendo abundantes faltas ortográficas o de puntuación en muchos casos. Haber situado el tope de páginas máximo a 180 ha redundado en una mayor calidad y concreción de las propuestas literarias, habida cuenta de que se trata de futuros escritores, aprendices y amateurs de las letras. Aun así, el jurado ha destacado algunos aspectos esenciales que se citan más abajo. Las diferencias entre las Listas de Honor Oro y Plata son mínimas, así como la diferencia entre los finalistas, matizada con puntuaciones decimales. La persona que selecciona los finalistas hace hincapié en que la mayoría de obras muestran precipitaciones a la hora de ser escritas, a veces sin tiempo para ser corregidas debidamente. Los argumentos, en cambio, muestran un gran salto cualitativo en general, aunque con historias que a veces son excesivas para vuestra edad. Quizás con otros jurados, los veredictos habrían sido distintos, cosa que sucede con todos los premios literarios, así que queda constancia de que un concurso es eso: un concurso. En años anteriores algunos de los finalistas, pese a su joven edad, consiguió publicar sus libros con el aval de este reconocimiento. El mérito consiste en haber escrito una novela, y en tener el valor de presentarla a un certamen profesional. Aquí nadie pierde, todos ganan, aunque uno sólo se lleve el premio.
La vencedora, Alba Quintas Garciandia, nació el 24 de abril de 1994 en Madrid. En 2010 quedó en la Lista de Honor Plata, en 2011 en la Lista de Honor Oro, y en este 2012 ha sido finalista y vencedora. Una clara progresión que muestra la importancia del premio, pero más aún la persistencia de algunos y algunas de vosotras, que mejoráis año a año y aprendéis de la mejor forma: equivocandoos. Su caso recuerda el de Jara Santamaría, que en la primera convocatoria quedó segunda y al año siguiente ganó el premio tras tomar nota de sus errores. Alba estudia 2º de bachillerato en el colegio de Santa Ana y San Rafael de Madrid y quiere ser escritora, sin ninguna duda. Escribió su novela en verano de 2011 partiendo de una idea central: Internet y su mundo, las posibilidades que ofrece.
Más allá de la valoración de las novelas finalistas, el jurado reunido en el día de hoy quiere destacar este año los siguientes puntos y recomendaciones, que han de servir para próximas convocatorias:
1 – El hecho de que el número de páginas se haya reducido a 180 como máximo está favoreciendo la mayor agilidad de las novelas. Con todo, muchas pecan de excesos, con la creencia de que cuanto más larga sea, mejor. Y no es así. Una novela ralentizada por farragosa explicaciones es una novela perdida. La agilidad es clave. Las descripciones innecesarias pesan. La mitad de las novelas de este año pecan de largas. A todas les sobran la mitad de página.
2 – Hay que hablar de lo que se conoce, y en caso contrario, documentarse bien. Este año, incluso en las finalistas, ha habido un exceso de fallos argumentales y estructurales, la pretensión de querer contar historias que se os escapan de las manos. Sois primerizos y tenéis la vida por delante. No precipitarse. Aprender. Buscar el no-va-más y rizar lo imposible se hace cuando se domina la profesión. Es bueno arriesgarse, tiene mérito, pero en el 95% de los casos, ahora, esto actúa en contra vuestra. La novela vencedora ha contado con la sencillez como bandera.
3 – Varias novelas han perdido puntos y votos en la valoración final por faltas graves de ortografía (hay un corrector en cada ordenador y debe usarse), y por el mal uso de palabras que no venían al caso. Palabras pomposas y floridas, pero puestas erróneamente. Hay que consultar el diccionario si se quiere escribir bien o si se pretende usar una palabra poco común. No es bueno “escribir de oídas”. La sencillez a la hora de contar una historia cuenta más. El lenguaje florido no es adecuado casi nunca.
4 – Cuidado al dar voz a diferentes personajes. Han de diferenciarse. En muchos casos todos parecen hablar igual. Perfilar los personajes es esencial para la fluidez del relato. Cada uno ha de tener su personalidad.
5 – Es importante para un escritor novel, simplificar la historia. Hay muchas novelas este año con guiones muy complejos por la creencia de que cuanto más difícil sea el relato, más os luciréis, y esto llega a ser tanto que acabáis perdiendo el norte, tenéis que usar trucos o milagros para hilvanar la historia y darle coherencia al final. Si un personaje desaparece sin más, es que no es importante, por lo tanto ya no hay que ponerlo de entrada. Un libro es un todo armónico en el que no ha de faltar ni sobrar nada.
6 – Una novela ha de ser lógica y coherente. Incluso las de fantasía, que siempre tienen más licencias mágicas. Han de justificarse los actos, las palabras, y lo mismo la escenografía o los acontecimientos que la adornan.
7 – El Premio JSiF para Jóvenes llega el próximo año a su 8ª convocatoria y cada vez llegan más originales. El jurado va a ser más exigente puesto que el premio es ya el más importante en su categoría. El único premio profesional para jóvenes. Ello también hace que los participantes deban ser más exigentes con sus trabajos. No es bueno presentarse sin más, sin estar seguro de que el libro tiene posibilidades.
Dicho esto, en palabras del jurado, estos son los argumentos de las siete primeras novelas:
“Al otro lado de la pantalla” es un relato coral en el que seis personajes explican, en capítulos separados, la parte de culpa que tienen en torno al bullying de Luís con correos electrónicos, mensajes y apariciones en Facebook. Luís es el último en hablar y describir el hecho en el que deriva todo y que, por suerte, no se transforma en algo irremediable.
En “Mi nombre es Equis” la historia sucede en el año 87 Después del Resplandor. La historia, compleja, nos habla de un mundo cubierto por la nieve, un paraíso llamado Ultreia, una vieja leyenda. En un extraño laboratorio con niños muy parecidos, una cárcel-campo de concentración donde cientos de niños construyen un enorme y extraño edificio con forma de ave, Asier se escapa junto con Eli y el capitán. Años después X sigue su rastro. A través de la novela nos asomamos a la consecución del dominio de la mente humana.
“Silencios o lavanda” cuenta como Santi busca respuestas y sólo Sherezade se las puede dar. Al encontrarle le suplica que le cuente su historia y ella lo hace: la historia de una niña en un mundo acotado. Su madre ha desaparecido, su abuela está en una especie de come, su padre es un hombre extraño e incluso cruel. Ella sólo tiene a su migo Ícar, hijo de Livia, el ama de llaves. Su lugar favorito es una pequeña cabaña rodeada de flores de lavanda. Juntos recorrerán el bosque que separa la hacienda El Molí del resto del mundo, y en él encontrarán misterios que les cambiarán la vida.
“Esquirlas de libertad” está ambientada en la Inglaterra que espera la llegada de la Armada Invencible. Charles, uno de los corsarios favoritos de la reina, es asesinado. Rielo Vivace, Alejandro de Riva y su hermana Verónica Locián se verán envueltos en inusitadas aventuras para resolver el caso.
En “El cielo es de los cobardes” un hombre está hablando en un lugar que no sabemos hasta el final del libro. Narra una historia de amistad, amor y venganzas. La época, 1929, es la de la Gran Depresión en Estados Unidos. La mayor parte de la población estaba afectada por ella. Un trabajo ocasional en un parque de atracciones, a los 16 años, lo llevará a conocer un circo que se instala en el parque y se verá envuelto en un drama de muerte y venganza.
“¿Naranjas o clementinas?” habla de Lola, que trabaja en correos, le encanta imaginarse el contenido de las cartas que pasan por sus manos y vive sola. Un día ve un paquete que lleva su nombre y una frase: “Vencer y perdonar es vencer dos veces” (Calderón de la Barca). Gracias por cumplir con tu cometido”. En el interior del paquete aparece el contenido de una novela inacabada. A partir de esto, la vida de Lola da un giro de 180º.
“Ens” nos sitúa en el año 2056. Ricardo García vive y trabaja en Nueva York, en la empresa ENS, que se dedica a digitalizar libros de los que sólo quedan pocas copias. Los árboles están protegidos y el uso del papel prohibido desde 2040. La llegada de un extraño manuscrito a manos de Ricardo desatará un complot internacional en el que se verán envueltas las 5 grandes corporaciones editoriales del planeta. Está en juego el futuro de la cultura.
La entrega del VII Premio Literario Jordi Sierra i Fabra se realizará el 13 de marzo, en Madrid, la noche de Ediciones SM, en la que también se otorgan el Barco de Vapor y el Gran Angular.
La gran mayoría de los 92 originales presentados fueron de concursantes primerizos (77), nueve se presentaban por segunda vez y seis por tercera vez, caso de la vencedora. La irrupción de tantos noveles garantiza la pervivencia de este premio literario y asegura la aparición de una nueva oleada de futuros escritores. Algunos y algunas seréis, si persistís, aprendéis y tomáis nota de lo dicho por el jurado, algunos de los nuevos nombres de la literatura española del siglo XXI.
Jordi Sierra i Fabra, Barcelona, a 13 de febrero de 2012