Serie Daniel Ros

¿QUIÉN ES DANIEL ROS?

Mis primeras novelas de infancia, entre los 8 y los 12 años, fueron policiacas. Mi héroe era Rip Kirby, un personaje de comic a cargo de Alex Raymond, autor también de mi otro héroe, el galáctico Flash Gordon. No tiene pues nada de extraño que ya como escritor profesional, volviera al género.

La novela negra, o policiaca, estaba de moda y en los 80 se vivía un boom de cuidado. Proliferaron las colecciones y cada editorial tuvo la suya. Hablando con Manuel Martínez Alsinet, de Martínez Roca, le propuse crear un personaje en primavera o verano de 1985. Así nació el periodista Daniel Ros Martí y la colección Crim. Quedamos en que le haría dos libros para estar seguros de que el personaje funcionaba, y “Dible Imagen” el primero. Daniel Ros era un periodista que hacía novelas policiacas con el seudónimo de Jordi Sierra i Fabra. Su secreto sólo lo conocía Mariano, su editor, y su mejor amigo, el inspector Paco Muntané (Paco por Paco Gratacós y Muntané porque era el segundo apellido de mi madre). Daniel vivía en mi casa, tenía mi aspecto y conducía mi mini-1000. Eso sí, estaba separado, para que pudiera ligar aunque nunca lo hacía ni iba de héroe machote. Le puse Daniel por mi hijo, pero también porque para personajes de novelas me gustan los nombres que se escriban igual en muchas lenguas. Lo de Ros es porque era corto y lo de Martí por mi amigo Martín Quiroga. El lanzamiento de Crim fue espectacular, en la Cova del Drac de Barcelona, con mucho ambiente, y la colección arrancó bien, con mis dos libros y un par de Ross MacDonald. Lástima que el fenómeno de la novela negra no fuera acompañado de mejores ventas. Con su declinar, la mayoría de colecciones cerraron. Pero me dio tiempo a hacer cuatro novelas y una película de mi héroe en esta primera fase: “Doble imagen”, “Demasiado oscuro para un fin de semana”, “En la esquina del círculo” y “El asesinato de Johann Sebastian Bach”, las cuatro entre 1985 y 1988, aunque la última fue a parar a un cajón. La película fue “La sombra del delator”. En el panorama de la novela negra española, todo eran detectives a lo Carvalho o inspectores de policía. Un periodista huele-conflictos era novedoso.

La cuarta novela de la serie, escrita en 1988, ya no se publicó en Crim porque la colección cerró. En 1989 sin embargo TVE me encargó un guion para una película con Daniel. Cuento la historia en TODOS LOS LIBROS DE LA SERIE. Ya en los años 90 retomé a Daniel para dos historias que lo necesitaban, “La noche de la jinetera” (escrita en 1994) y “El peso del silencio” (escrita en 2000). Finalmente convertí el guion de la película de TVE en otra novela (escrita en 2003 y publicada en 2012). Cuando en 2006 cree a mi nuevo personaje, Miquel Mascarell, Daniel Ros pasó a la historia.

 

LIBROS DE LA SERIE DANIEL ROS

Doble imagen

  • Guion previo: entre finales de agosto y del 1 al 6 de septiembre de 1985
  • Escrito: del 19 al 27 de septiembre de 1985
  • Publicado: mayo de 1986 por Ediciones Martínez Roca

Para el primer caso de Daniel escogí el tema político, en auge a mediados de los años 80. La novela incluía ya la nueva plaga del momento: el sida. Un político nacionalista catalán es asesinado y mutilado. Para evitar que el caso se convierta en una bomba de efectos inimaginables, el caso debería resolverse en dos días. Daniel se sumerge en él, viajando de los barrios altos de Barcelona a los círculos más corrompidos del hampa de la ciudad.

 

Demasiado oscuro para un fin de semana

  • Guion previo: 9, 10, 16 y 17 de noviembre de 1986
  • Escrito: del 1 al 14 de diciembre de 1986
  • Publicado: septiembre de 1986 por Ediciones Martínez Roca

Mucho mejor que el primero, “Demasiado oscuro para un fin de semana” entraba de lleno en los entresijos del servicio militar y sus lacras, y fue la consolidación de Daniel Ros, con una muy buena trapa policíaca. Realmente le cogí cariño al personaje. Quedé muy satisfecho de esta novela (y de su título) aunque luego, con los años, las tres que hice en este tiempo me parecen muy mal escritas, incluso frívolas. Nada que ver con las de los años 90.

En la trama, un soldado mata a su novia y después se suicida. Una noticia pequeña en el periódico. Una noticia que, sin embargo, en manos de Daniel Ros se convierte en un apasionante caso lleno de intrigas, con el superior del soldado desaparecido lo mismo que un misterioso alijo de drogas. Estaba en mis orígenes como novelista negro y el final se me antojó muy logrado.

 

En la esquina del círculo

  • Guion previo: junio de 1986
  • Escrito: del 30 de junio al 15 de julio de 1986. Reeditado en 2019 por SiF Editorial.
  • Publicado: noviembre de 1987 por Ediciones Martínez Roca. Reeditado por Sif Editorial en septiembre de 2019.

Tercera novela de Daniel Ros, esta ambientada en el mundo de la música y con pistas musicales. El asesinato del jefe de promoción de una discográfica dispara la acción. Como era mi mundillo habitual, estaba trufada de referencias y buen conocimiento del medio. Daniel se sumerge en el universo de las compañías discográficas, la fama y el éxito de las estrellas con su lado más oscuro, la radio y la televisión, la corrupción y un largo etc. En el momento de escribirla, comenzaba el auge de los CD’s y el fantasma de la piratería musical a gran escala.

 

El asesinato de Johann Sebastian Bach

  • Guion previo: fines de junio de 1987
  • Escrito: del 14 al 24 de noviembre de 1988 (primera versión), retoques el 27 y 28 de agosto de 1990 y reescrito del 14 al 26 de diciembre de 2001 (segunda versión)
  • Publicado: octubre de 2010 por Mosaico (Belacqva, Norma), y reeditado en septiembre de 2017 por SiF Editorial.

Un libro con una larga, muy larga historia y con muchos años. Cronológicamente fue la cuarta de Daniel Ros, pero apareció en sexto lugar.

La colección Crim de Martínez Roca y mi personaje Daniel Ros no prosperaron. En junio de 1987 yo ya había hecho el guion de la cuarta novela de la serie, pero aunque lo escribí un año después, a fines del 88, ya no se publicó en Crim, que cerró. Tampoco sirvió de nada el hecho de que en 1989 se rodara un largometraje para TVE con Ros, porque hubo problemas y no se estrenó hasta 1991. Sea como sea, con el guion hecho, yo hice la novela. En aquellos días el piso frontal al mío estaba vacío. Una mañana vi la puerta abierta y se me ocurrió la trama de “El asesinato de Johann Sebastian Bach”: una modelo es masacrada justo delante de donde vive Daniel y él se mete de lleno en la investigación del caso (prostitución de alto standing). Toda la historia tiene que ver con el mundo del cine, ya que las muertes copian a las de algunas de las más rutilantes estrellas del séptimo arte.

Dos años después, en 1990, hice unos retoques en dos días. No recuerdo a qué editoriales lo llevé sin éxito. Volví a meterlo en un cajón y en 2001 lo reescribí entero, de arriba abajo, dándome cuenta del salto evolutivo de mi manera de redactar y adecuando el personaje a los nuevos tiempos. Para entonces había recuperado a Daniel Ros en sus dos mejores novelas, “Cuba. La noche de la jinetera” y “El peso del silencio”, las dos publicadas por Ediciones del Bronce… que cerró antes de editar “El asesinato de Johann Sebastian Bach”. Volví a guardarla y en 2008 Pere Sureda de Belacqva aceptó publicarla como novedad… y recuperar las dos anteriores en bolsillo. Así que el crimen de mi calle por fin vio la luz.

 

La sombra del delator

Entre otoño e invierno de 1989 el mundo de la TV llamó a mis puertas. Fernando Martínez Lainez, un gran autor de novelas policiacas, se encargaba de preparar una serie de largometrajes para TVE con guiones de los (por entonces) “más reputados” escritores del género. Por supuesto que quería una película de mi personaje Daniel Ros pese a que ya no aparecían libros de él. La propuse hablar de un tema por entonces muy de moda en Barcelona, el juego ilegal (había redadas policiales de partidas de poker con mucha pasta sobre la mesa). Le gustó y lo uní con un tema de venganzas entre ancianos que habían pasado por Mathausen. Hice el guion rápidamente, se lo mandé, y la película se rodó en 1991, con Mario Gas en el papel de Daniel Ros y Manuel Alexandre como asesino. Fue una de las únicas tres que se rodaron porque pasó lo de siempre: hubo un cambio de director en TVE y el nuevo se cargó todo lo que había hecho el anterior. Las tres películas acabaron en una estantería y, de pronto, en 1994, se emitieron, por La 2 y de manera casi clandestina. La mía se tituló “La sombra del delator”. Años después convertí el guion en una novela corta.

 

Cuba. La noche de la jinetera

  • Guion previo: del 15 al 29 de octubre de 1994
  • Escrito: 10 y 11, del 13 al 25 y 27 de julio de 1995
  • Publicado: marzo de 1997 por Ediciones del Bronce. Reeditado en octubre de 2010 por Mosaico (Belacqva, Norma), como “La noche de la jinetera”. Reeditado por SiF Editorial en 2017.

Cuando viajé a Cuba en primavera de 1994 lo hice siguiendo un impulso. Un día, viendo la televisión, un locutor dijo que en Cuba el gobierno de Fidel Castro acababa de liberalizar el dólar (antes prohibido), los profesionales pagarían impuestos, los precios se disparaban y más de cien trabajos quedarían igualmente libres para ser ejercidos. Dije en voz alta: “En Cuba va a suceder algo”. Un rato después Antonia me preguntó: “¿Cuándo te vas?”. Y fui.

Por supuesto que era una isla, el lugar ideal, según mi sistema de trabajo, para encerrarme a pensar y preparar guiones de futuras novelas (cosa que hice), pero también quería sumergirme en la realidad del país. En los días de la Revolución cubana yo era un niño, así que el Ché Guevara era todo un héroe de mi nostalgia. Lo que surgió de todo ello dio como resultado esta novela en la que recuperé a mi periodista de los 80, Daniel Ros. En aquellos días Cuba bullía con el turismo sexual, las jineteras poco después perseguidas, un clima de libertad único y alucinante. Inútil no captarlo y aún menos no convertirlo en una novela policiaca. Tras el viaje y la crisis de los balseros de ese verano, trabajé mucho en la documentación y acometí el guion de la obra mientras recorría Brasil en octubre del mismo año. El guion de “La noche de la jinetera” lo hice entre Curitiba, Iguaçu, Río de Janeiro, Manaos, Brasilia y Recife.

La trama: A Daniel le encargan ir a La Habana para acabar un reportaje que hacía su amigo Estanis, muerto de forma misteriosa en su habitación del Hotel Comodoro y, al parecer, con drogas de por medio. La esposa le dice que en la maleta que le han devuelto, había unas bragas de mujer de color rojo. Y que de drogas nada, algo que Daniel ya sabe. En La Habana, completando su reportaje, Daniel Ros halla las pistas de una conspiración para matar a Castro, y encuentra a una hermosa jinetera que le hace ir de un lado a otro como un juguete: Anyelin. En plena investigación estalla la crisis de los balseros, cuando miles de cubanos se echaron al mar en verano de 1994 con la creencia (falsa) de que si llegaban a Florida se les recibiría con los brazos abiertos. Fue una historia que conmocionó al mundo. Al final de la novela, Castro se libraba por muy poco y nadie llegaba a saber nunca nada del tema.

El libro fue el primero que publiqué en Ediciones del Bronce, sello en castellano de Editorial Columna, con Miriam Tey de directora. Tuvo tres rápidas ediciones. Un escritor cubano con vínculos en Alemania hizo que apareciera allí y lo mejor fue cuando le conocí, porque me preguntó cuánto tiempo había vivido en Cuba para escribir la novela. Todo un halago. Le dije que una semana, entre La Habana y Varadero, porque siempre había sido relativamente bueno a la hora de captar ambientes, tomar notas, fotografiar escenas con la mente y adoptar vocabularios de otras partes, sobre todo latinoamericanas. Apenas lo creyó. Pronunció una frase muy hermosa y que guardo en mi memoria: “Anyelin es Cuba. Has conseguido retratar a todo un país a través de esa mujer”.

Cuando regresé a Varadero en 1998, nada era igual. Entonces me comentaron algo que me hizo cierta gracia pero también me hizo reflexionar. Para justificar la ausencia de las jineteras en esa zona turística, un hombre me dijo: “El gobierno tuvo que intervenir. Primero porque una puso una bombita en una habitación. Segundo porque le robaron a un turista. Y tercero porque vino un escritor español y daba 20 dólares a cada chica para que le contara su vida. Muchas lo hicieron. Escribió un libro que acá está prohibido pero del que corren algunos ejemplares de mano en mano por todas partes. Y eso no les gustó a los que mandan”.

No le dije que el “escritor español” era yo, claro.

Trece años después de ser editada, Pere Sureda la recuperó en edición de bolsillo para su sello Mosaico (Belacqva, Norma) lanzándola conjuntamente con la reedición de “El peso del silencio” y la novedad de “El asesinato de Johann Sebastian Bach”, todas con Daniel Ros de protagonista.

 

El peso del silencio

  • Guion previo: del 5 al 8 de diciembre de 2000
  • Escrito: del 7 al 14 de abril de 2001
  • Publicado: febrero de 2002 por Ediciones del Bronce. Reeditado en octubre de 2010 por Mosaico (Belacqva, Norma). Reeditado por SiF Editorial en 2017.

Cuando estuve en Chile en junio de 2000, me empapé de la realidad del país tras la negra etapa del dictador Pinochet. Advertí que, mientras la gente, sobre todo los jóvenes, no querían hablar de ello (decían que eso era el pasado), la ley trataba de llevar ante la justicia al viejo general golpista, convertido en senador y con inmunidad perpetua. Pinochet había conseguido incluso salirse con bien, aunque con su prestigio deteriorado, de su reclusión en Londres tras la petición de extradición del juez Garzón. En este ambiente estuve en el país en los días en que el juez Juan Guzmán Tapia trataba de quitarle la inmunidad al genocida (cosa que consiguió). Poco antes de ir a Cuba para trabajar en Varadero a comienzos de diciembre, la CIA desclasificó un buen número de documentos reveladores del golpe, y entones idee la trama de la novela, con la que recuperé, una vez más, a Daniel Ros Martí, mi periodista investigador.

El dueño del periódico en el que escribe Daniel agoniza en su lecho de muerte. En los días del golpe, septiembre de 1973, su único hijo estaba en Chile, desapareció y jamás se supo de él. En los papeles de la CIA aparece su nombre y el de los hombres que le secuestraron y torturaron. El moribundo le pide a Daniel que viaje a Chile e investigue. Han fracasado detectives, pero él es distinto, tiene instinto. Aunque no le gusta, Daniel acepta y en Santiago se sumerge en los vericuetos y las vidas de los militares que tratan de escapar de la quema y el fin de sus días. La investigación, acompañado por la corresponsal del periódico, le lleva a Valparaiso y a la Isla de Pascua (me apetecía sacarla en una novela así que viajñe hasta allí para documentarme). En Pascua encuentra a uno de sus hombres, pero antes de que logre hablar con él es torturado y asesinado. Entonces comprende que lo único que hace es guiar a los asesinos del dueño del periódico en su venganza. Pese a todo encuentra un indicio revelador, y al final de la novela da con el hijo, que no murió. Lo salvaron unas monjas. No tiene manos ni puede hablar, es un ser olvidado que sólo es feliz donde está. Daniel regresa a España y calla la verdad ante el moribundo, que ya se ha vengado y espera morir feliz y en paz.

“El peso del silencio” siempre ha sido uno de mis libros favoritos, por dónde, cómo y cuando lo hice. El poema final, “A gritos”, lo escribí en un ambiente extraordinario, en un bar donde fui reconocido como “el valiente escritor que ha hecho lo que ningún chileno se ha atrevido” (refiriéndose a la novela sobre Víctor Jara). El cantautor que cantaba allí me dedicó una canción muy especial. Ya nadie le tenía miedo a la bestia del golpe. El relato recoge de forma minuciosa mi propio viaje por Santiago, Valparaíso y Pascua y es un homenaje a Salvador Allende y a Pablo Neruda, en cuyas casas de Santiago y Valparaíso estuve. Muchos de los sentimientos de Daniel Ros son los míos en esos días, en especial mis lágrimas en La Moneda.

Escrito en los 8 días de una Semana Santa de manera muy intensa, “El peso del silencio” se publicó muy poco antes del cierre de Ediciones del Bronce. Apenas si tuvo vida comercial. No paré hasta reeditarla en 2010, conjuntamente con “La noche de la jinetera”, acompañando como novedad a “El asesinato de Johann Sebastian Bach”.

 

El rastro del odio / La sombra del delator

  • Escrito: del 25 al 28 y 30 de junio de 2003
  • Publicado: julio de 2012 por Editorial Sirpus. Reeditado y readaptado por SiF Editorial en 2019.

En 2003 una revista me pidió un caso de Daniel Ros para publicar en cuatro o cinco partes durante varias semanas. Retomé la idea de la película hecha para TVE, “La sombra del delator”, y la reescribí en formato de novela corta con el titulo “El rastro del odio”. Finalmente la revista no lo publicó y años después una editorial (Sirpus) que buscaba narraciones breves se interesó por ella para su colección Letra Grande, aunque ya no apareció con Daniel Ros de protagonista.

En 2019 decidí recuperar la versión y el título original, con Daniel Ros, para mi pequeña editorial online (editorialsif.com). Fue la última aparición de mi primer héroe policíaco.