- Es usted uno de los autores de literatura juvenil más prolíferos de España. Tiene en su haber más de 300 obras literarias y aún sigue escribiendo. Este año le han publicado ya unas cuantas… Después de tanto tiempo dedicándose a escribir y habiendo conseguido tanto, ¿cuál es actualmente su reto, aquel que aún no haya logrado?
En realidad son ya más de 400. Para poner orden en este caos que representa todo lo que he escrito, y la de gente, profesionao o no, que estudia mi obra, en noviembre publco mis Memorias Literarias, en las que hablo de toda mi vida como escritor, y libro por libro. Tengo la suerte de haber anotado siempre cuando he escrito cada novela, día a día.
Sobre los retos… la tira. Este año o a comienzos de 2013 inauguraremos en Barcelona la sede de la Fundació Jordi Sierra i Fabra, que también incluirá un museo con todos mis originales y demás. El 1 de octubre ponemos una revista virtual on line, bimestral, en la red, como complemento del Preio Literario para menores de 18 años. Tengo ya ideas y guiones preparados para escribir los próximos dos años… ¿Qué puedo decir? Sí, estoy enfermo, me en-can-ta escribir, es lo único que sé hacer y lo que más me gusta. Inventar historias y que te las lean… Era mi sueño y sigo en él. Ya descansaré cuando me muera. Y para siempre.
- Imagínese en una Feria del Libro, como muchas que ha vivido, y que uno de sus lectores más acérrimo se acerca a su puesto con una montaña considerable de obras suyas, todas para que usted se las firme. ¿Qué haría en esa situación y qué sentiría al ver que una sola persona ha podido confiar en usted tantas veces?
Una vez vino una chica con dos maletas, unos 70 libros. La senté a mi lado y entre firma y firma la atendí. Se los llevó todos firmaditos. Ese es el record, pero hubo alguna con 40, 30… Por lo general me traen una docena como mucho porque les da corte.
- Recientemente se han publicado varios libros suyos: Ocultos (Montena), Quizás mañana la palabra amor (SM), Tú y yo somos cuatro (Eldevives), Huellas y manchas (Plataforma NEO)… Sabemos que todos estos son sus hijos y que no le gusta hacer distinciones entre ellos pero, ¿qué ha sentido escribiendo cada uno de ellos? ¿Con cuál se ha emocionado más?
Recuerdo cada libro que he hecho, cuando tuve la idea, como lo planifiqué, donde fui a hacer el guión, cómo lo escribí… Son mis hijos, sí, y uno recuerda cuando ha parido un hijo. De la misma forma que oyes una canción y recuerdas a la chica que besaste aquel día, yo asocio mis libros a cada momento de mi vida. Puedo pensar 50 a la ves, pero hago los guiones previos de uno en uno. A veces tengo 10 guiones ya listos para escribir (suele suceder antes de verano), entonces me voy a mi montaña, me encierro tres meses y no paro. Los libros que citas tienen su historia, cada uno. Ocultos me llevó 4 años de investigación porque es un libro gordo con muchas cosas dentro. Me fui a la isla de Barú (Caribe Colombiano), en enero de 2010 para hacer el guión, aunque no lo escribí hasta diciembre de ese año. Quizás mañana la palabra amor… lo preparé en la isla de la Providencia (también Caribe colombiano aunque está frente a Honduras) en enero de 2011, y lo escribí en junio. Tu y yo somos cuatro lo hice en Chile durante el terremoto del 27 de febrero de 2010. Tuvimos que estar varios días allí, esperando ser evacuados, y desde luego yo no pierdo el tiempo. Me dije que lo mejor era hacer el guión de un libro divertido, y así salió. Por supuesto que siempre llevo la libreta con mis ideas a punto de convertirse en guión, paso previo a escribir. La noche del terremo bajó vestido… con mi documentación y la libreta de los guiones.
Sobre lo de emocionarse… con todos, pero sobre todo preparándolos más que escribiéndolos, porque escribir es sólo la parte final y, para mí, la más fácil. Dar forma a la historia es lo mejor, ver como sale, crece, cuadra…
- En Ocultos vivimos una historia de aventura que nos trae un aire fresco a la literatura juvenil: los libros prohibidos. ¿Qué opina sobre que a lo largo de la Historia (y actualmente) se hayan prohibido leer ciertos libros? ¿Cree que en un futuro distópico sus novelas podrían pasar a la Lista Negra? Si eso ocurriera, ¿cuál cree que podría ser más susceptible de una posible censura?
Ya viví tiempos de dictadura y censura, aunque me libré, no me prohibieron nada entonces. Franco murió en 1975, tres años después de mi primer libro. Pero hay más censura ahora en el mundo de la LIJ que nunca. Uno puede ver una peli con un niño al lado que no entiende ni media, y ese mismo niño entra en internet, ve páginas raras, juega con la violencia de algunos videojuegos, pero… ah, según que libros el papá o la mamá no se los dejan leer, y en la escuela el profe no se atreve a ponerlos porque luego en la AP le fusilan. Una novela juvenil, por duro que sea el tema, te ayudará a pensar, te explicará las cosas mejor. Un libro nunca es malo, por Dios. Lo malo de la censura además es la autocensura de muchos escritores, que tratan de ser correctos.
La novela Ocultos cuenta una parte oscura de la historia, pero siempre habrá Hombres de Negro quemando o prohibiendo libros, y Custodios que los salvarán, metafóricamente hablando.
Yo tengo libros prohibidos en muchos países, mie novelas sobre drogas, sobre el tema lésbico u homosexual… Hay gente a la que le queman estas cosas, y prefieren que sus hijos sean tontos o ignorantes. Una falsa protección.
- Es usted un especialista del drama juvenil, lo demuestra con maestría en Quizás mañana la palabra amor (recientemente publicada). ¿Ha llorado escribiendo alguno de sus libros? Porque podemos asegurarle que nuestra redacción sí que lo ha hecho, y a lágrima viva. Siendo usted un hombre tan optimista y que siempre porta una radiante sonrisa, ¿cómo engendra ideas tan demoledoras?
Yo no me sonsidero un especialista en “drama juvenil”. Lo que pasa es que mis novelas suelen ser serias la mayoría de las veces. Yo soy un loco, siempre río, pero mi obra es muy seria, sí, y abordo temas peliagudos. Viajar tanto y ver lo que yo veo, me obliga a esto. Es mi forma de ser. Necesito contar lo que veo y siento.
Y sí, cuando escribo suelo reírme, llorar, cantar… Es un trabajo solitario al cien por cien. Me emociono con mis personajes, vivo y muero con ellos. Eso es empatía. Si no fuera así no serían creíbles y a los lectores les parecerían indiferentes. Supongo que gusto por eso mismo, porque agarro al lector en la primera página y no lo suelto.
- En ‘Sin vuelta atrás’ avisa al lector aventurado que sufrió acoso escolar por ser tartamudo. Seguramente, muchos de las personas que están leyendo esta entrevista también hayan vivido una experiencia similar en sus vidas. ¿Qué quiere usted conseguir con sus libros realistas? ¿Le gustaría ser un puente entre la realidad y la ficción y, de alguna u otra manera, salvar a esas personas que están sufriendo?
Yo no puedo salvar a nadie. Soy escritor de raza, un romántico, siempre lo he sido. Pero ante todo escribo para mí, para ser feliz yo. Un libro no cambia el mundo (por lo general), pero sí sé que ayuda a cambiar a las personas. Cuando alguien me dice “iba a suicidarme y al leer tal novela suya no lo hice, gracias, le debo la vida”, es muy fuerte, pero con el siguiente libro yo no puedo pensar en ello, ni aunque se hubiera suicidado leyendo una novela mía esa persona. Trato de ser honesto, y eso ya es mucho. No me creo tan importante. Sé quien soy y donde estoy, qué hago y a quien llego. Es más de lo suq muchos sueñan. Cuento historias, nada más, pero siempre hay un sustrato por debajo, y cuando la gente se lo pasa bien con un libro mío, acaba en el sustrato y piensa. Eso es genial, pero primero está la novela. Yo no digo “voy a hablar de drogas para que los chicos no las tomen”. No, me digo “voy a hablar de drogas porque me interesa el tema, está en la calle y vale la pena”.
- Le encanta escribir, de eso no hay duda. Teniendo en cuenta que ha escrito mucho, ¿ha sufrido alguna vez la temida “hoja en blanco”? Si es así, ¿cómo ha logrado zafarse de este bache insondable?
Nunca, nunca, nunca he tenido el miedo o el pánico a la hoja en blanco, ni ahora ni cuando era un niño y daba mis primeros pasos. Cuando voy a empezar una novela, me siento en mi silla y no sé ni como empezar la primera línea, entonces simplemente escribo lo primero que se me pasa por la cabeza. Siempre me he fiado de mi instinto. La intuición nos salva siempre.
- Nos interesa su opinión: ¿Qué opina sobre las modas juveniles? Actualmente vivimos en un bucle comercial que ronda ciertos temas estrellas, ahora le ha tocado a la distopía juvenil, desbancando el vampirismo que inició Stephanie Meyer. ¿Por qué cree usted que ocurre este fenómeno? ¿Cree que es verdad que estas modas ayudan a que los jóvenes lean?
Hace 27 años hice un libro de 300 páginas y nadie quiso publicármelo por largo (“los niños no van a leer eso”, me dijeron). Salió Harry Potter y demostró que sí. Ahora todo el mundo hace tochos, o trilogías (hasta yo). Claro que ayuda, todo ayuda. Otra cosa son las modas. A mí me daría pánico que la Coca Cola regalara chapitas con los personajes de un libro mío, porque yo soy escritor y el merchandising es otra cosa. Mi libertad radica en que puedo escribir y publicar 10 libros al año, pequeños, de dos folios, juveniles, tochos o de adultos. Desde luego no voy a cortarme. Cuanto mayor me hago, más me gusta escribir. Cuanto menos vida me queda, más pienso en vaciarme. Si luego la gente me lee o no me lee es otra cosa. Hace tiempo me pedían libros de vampiros “porque estaba de moda”, pero yo no puedo hacer eso, es más, sé que yo he creado modas y tendencias, porque voy a mi aire. No me interesa lo que hagan los demás, sólo lo que haga yo, y lo que yo pueda aportar.
- El año pasado comenzó a despegar el mundo del libro digital en España. Aún es un bebé en pañales y todavía falta mucho por hacer. ¿Usted qué piensa sobre este nuevo horizonte que se abre ante nuestros pies? No sé por qué, pero nosotros seguimos prefiriendo el libro clásico, con su olor y sus capas de polvo a los años (risas).
Yo tengo 64 años y sí, me gusta tocar un libro, olerlo, soy un romántico. Creo que es uno de los objetos más bellos creados por el ser humano. Pero hace 40 años mi primer libro se hizo tipográficamente, es decir, letra por letra. Hoy tenemos ordenadores. Todo en 40 años. No tengo ni idea de cómo será el mundo en este sentido dentro de diez años. Lo único que puedo decir es que no regenaré de él y trataré de acaptarme.
- ¿Existe algún tipo de lector que aún no ha enamorado pero que le gustaría enamorar? Si es así, ¿con qué tipo de novela cree que podría conquistarlo?
Tengo mucha suerte en el sentido de que vender 10 millones de libros en España es todo un milagro. Es más, cada cinco años cambia el público joven. Las chicas que hoy tienen 15 tendrán 20 en 5 años y andarán en otras historias. Entonces habrá otra nueva generación de quinceañeros y quinceañeras que me leerán. Eso si es prodigioso. ¿Por qué una novela mía publicada hace 25 o 20 años se sigue leyeno y gustando? De entrada porque hablo de sentimientos, de personas, y para acabar porque ya se han convertido en clásicos (palabra horrible pero es que no hay otra). Creo que he escrito de todos los géneros, así que tengo un público para cada uno de ellos. Lo queme interesa es no aburrirme yo, y de paso, si los que me leen tampoco se aburren, mejor que mejor. Yo hago libros, luego depende de la gente que sean best sellers o no. Pero para cuando una novela se hace best seller, yo ya he escrito 20 más y mi cabeza anda en otras cosas.
- ¿Violencia y sexo en los libros juveniles, sí o no? ¿Cree usted que una novela juvenil que contenga escenas duras, deja de considerarse inmediatamente una novela apta para adolescentes?
No se trata de violencia o sexo. Yo soy muy erótico, mucho, y sentimental a tope, pero en 400 libros sólo en uno para adultos hay sexo explícito (porque era una novela erótica, claro) y sólo en uno juvenil hay sexo literario. No se trata de modas, como en las pelis americanas (toca carrera de coches, toca teta, toca pelea), sino de la necesidad del guión, de la novela en sí. Poner violencia grayuita es excesivo y yo, pacifista, nunca he creído en eso. Por lo general dejo las escenas intuidas y luego… salto. No hace falta explicar lo que ya se entiende. En el terreno erótico es mucho mejor una caricia, un roce, una mirada literaria bien narrada, que un “morreo” directo. Claro que eso también depende de cada escritor, de sus habilidades y capacidades.
Aquí volveríamos a hablar de la censura y para eso necesitaría un libro. Estoy a favor de la libertad, y la cultura es libertad. Un libro siempre será mejor que una película, un concurso de la tele, un videojuego (y hablo a nivel de aprendizaje humano, de recurso mental e intelectual).
- ¿Por qué sigue escribiendo? ¿Qué es lo que más le gusta de esta profesión?
Escribo porque me gusta, porque no sé hacer otra cosa, porque para mí es tan necesario como respirar, porque escribir y viajar me forman como ser humano, porque juinto con leer es de los pocos placeres absolutamente individuales que nos quedan, porque es una terapia (nunca he ido a un psiquiatra), porque soy curioso, insaciable, un niño sorprendido con cada caramelo nuevo y porque sigo creciendo, creciendo, creciendo. De “esta profesión” me gusta todo. Es como los cerdos: todo se aprovecha. Pues lo mismo. Siempre recomiendo escribir, aunque sea un diario. Acabas siendo mejor persona. Eso y tocar algún instrumento (que hasta ahí no llego).
Algo más: publiqué mi primer libro a los 25 años, mi primera novela a los 28, comprendí que empecé a escribir bien a los 35, mejor a los 45 y es ahora cuando estoy en la cumbre de mi carrera. Espero que a los 80 aún sea mejor. Esto no es jubilable. Picasso pintaba a los noventa y pico. Hay trabajos que termina pronto, un médico ya no puede operar tal vez a los 65, pero escribir no tiene caducidad. Eso es también algo que lo hace mágico.
- Por último, y con pena de tener que despedirnos: a todos esos lectores que hoy nos leen y que nos seguirán leyendo en la Red, ¿qué les recomendaría usted si quisieran abrirse paso por el mundo editorial como escritores?
Nunca doy consejos. No creo en la gente que da consejos. Son los que menos los siguen. Yo practivco con el ejemplo: cada año doy el Premio Literario Jordi Sierra i Fabra para menores de 18 años. En mi web, www.sierraifabra.com, están las bases. Y ahora, en la revista virtual que nacerá en octubre, publicaremos los mejores poemas y relatos en tres franjas de edad, hasta 15 años, de 15 a 18 y de 18 a 21. ¿Quieres ser escritor? Te doy herramientas. Lo otro te lo va a dar la vida y tu capacidad de resistencia y superación. Hace unos días una chica de 15 años me dijo: “Me han devuelto mi primer libro en una editorial. Estoy decepcionada Creo que voy adejarlo”. Dios, le pegué una bronca por mail… ¿Dejarlo? ¿Con un primer libro? ¡Hay que escribir un libro al año, sabiendo que no vas a publicarlo, hasta que a los 25 o los 30 escribas bien y edites. Ese es el camino. Escribir es un arte, y el arte es sublime. Por lo tanto ríndele homenaje tratando de ser sublime.
Capisci?