-¿Cuándo descubriste que te interesaba escribir para los niños?
-En 1978 escribí una novela titulada ³El cazador². En la editorial Planeta me dijeron esto: ³Mira, este libro, firmado por Hemingway, sería un éxito, pero firmado por ti… no se venderá². Yo me quedé alucinado. Les contesté: ³¿Qué hago, me pongo a dar saltos de alegría porque me comparáis con Hemingway o me pongo a llorar porque no vais a editarmela?². El resultado es que metí esa novela en un cajón, y allí se pasó tres años. Hasta que en 1980 vi las bases del premio Gran Angular de Literatura Juvenil. Mi novela no era juvenil, hablaba de un hombre de 57 años que va a cazar su último tigre, sin armas. Pero yo no creo en las etiquetas, así que, no sé por qué, mandé el libro al premio y lo gané. Siempre me he fiado de mi instinto, y esa fue una de las claves de todo. Cuando aparecí por SM, la editorial del premio, me preguntaron si sería capaz de hacer cuentos para niños. Les escribí 40 en 20 días. Yo mismo me di cuenta que el caudal de ideas que tenía en la cabeza, siempre abundantes, tendrían mejor salida entre el público joven que entre el adulto. No podía escribir más que un libro al año para adultos, pero podía escribir media docena para niños, jóvenes… ¡Era ilimitado! No sé, yo mismo he sido siempre un niño, por lo tanto encajaba bien en esa perspectiva que, además, me acercaba a un público maravilloso con el cual incluso podía conversar. Y eso fue todo. De cualquier forma nunca he aceptado las etiquetas, eso de ³escritor infantil y juvenil². Odio los encasillamientos. Yo soy escritor, nada más. Cualquiera puede leer lo que desee. Mis novelas tienen siempre el mismo lenguaje, no cambio el chip, no creo que los niños sean tontos, les trato igual. Es el lector el que debe adaptarse a la novela, no al revés. Sería insultarles.
-En una ocasión te escuché afirmar que habías comenzado a escribir para hacerle justicia, reivindicar un poco al niño que fuiste. ¿Podrías referirte a esa idea?
-Nací en el seno de una familia humilde, soy hijo único, de niño era muy tartamudo, mi padre no me dejaba escribir, decía que me moriría de hambre, que eso no era un trabajo ni daba para comer… Mi infancia fue en blanco y negro y grises, bajo una dictadura, sin libertades. Cuando eres mayor y descubres todo lo que te han robado, todo lo que te han impedido vivir, y ya es tarde… Yo tenía ocho años, estaba en un hospital después de tener un accidente, y no podía leer con sólo una mano (el resto del cuerpo lo tenía vendado), pero sí escribir. Me puse a escribir un cuento y me di cuenta de que escribiendo no tartamudeaba. ¡Me podía comunicar con los demás gracias a la palabra escrita! Entonces decidí ser escritor. Guardo en mi casa todo lo que he escrito desde aquellos 8 años. Siempre lo conservé. Lo habría sido igualmente, pero ese fue el detonante entonces. A los 12 años escribí un libro de 500 páginas (tarde en hacerlo dos años porque escribía de escondidas) y lo tuve aún más claro, pese a que todos decían que no lo lograría, mi padre me lo prohibía y en clase me ponían ceros en literatura a causa de mi fantasía.
-¿Qué piensas del tono que deben tener las historias para niños? ¿Y para jóvenes?
-No creo en el tono, sólo creo en contar una historia de la mejor forma posible. Es lo único que cuenta. A la que un escritor intenta adaptar el tono a su público… Veamos, ¿cómo es el público? ¿Son todos los niños de 10 años iguales? ¿Les pasa lo mismo a todas las chicas de 15 años, vivan en un pueblo o en una capital? Es evidente que en un libro infantil no habrá sexo y que en uno juvenil no habrá 20 páginas de elucubraciones científicas. Eso sí es parte del juego, pero mi técnica y mi estilo, piedras angulares de mi obra, son siempre las mismas.
-¿Qué siente un autor que tiene en su haber más de 250 obras publicadas cuando alguien le habla de algún personaje concreto? ¿No te haces un rollo con tanta gente que protagoniza (o aparece) en tus obras? ¿Con tantas historias diferentes como han salido de tu cabeza?
-He superado las 300 obras escritas en 2004, y ahora mismo, verano de este año, he editado 270. Pero recuerdo cuando he escrito cada una, lo que he sentido, cómo la he vivido. Son mis hijos, y uno recuerda muy bien cuando ha hecho un hijo, de carne o literario. He sufrido con esos personajes que además he parido yo, han salido de mi cabeza y de mi alma, lloro con ellos, río con ellos, vivo y muero con ellos en cada novela. ¿Cómo olvidarlos? de momento tengo la cabeza muy despejada y mucha memoria así como gran poder de concentración.
-Se suele decir -y podemos estar de acuerdo o no con ello- que en cada libro que se escribe va un gran porcentaje de la personalidad de su autor. A) ¿Eres tú parecido a alguno de los personajes de tu obra? B) ¿Te identificas más con unos que con otros? C) ¿Cuál es tu personaje más entrañable?
-A) El primer consejo que me dieron cuando era joven fue que mi vida no le importaba a nadie, y que no me creyera tan importante a los 18 años como para querer esplicar ³cosas personales² en mis novelas. Lo he seguido. Tengo 57 y sigo sin hacer memorias musicales ni autobiografías encubiertas. Hay algo de mí en muchos personajes, mis ideas, mi lucha, mis ganas de hacer cosas, pero eso es todo. Pinceladas. Sólo salgo con mi nombre en dos obras, y es para reírme de mi mismo: ³El asesinato del SGT. Pepper´s², en la que descubro a un asesino que mata siguiendo pautas del disco de los Beatles, y ³Mis salvajes rockeros², en el que paso diez fines de semana con diez estrellas del rock, Springsteen, Lennon, McCartney, Dylan, Bowie, Jackson, Sting, Madonna, Jagger… Bueno, también hay una novela en la que aparezco con otro nombre, ³Rabia². -B) No. -C) !Huf! Son muchos. El hombre de ³El cazador², el periodista de ³La música del viento² con el que sí me identifico, el protagonista de ³Dormido sobre los espejos² (novela que forma parte de mi trilogía cubana y que es una de mis favoritas. Ganó un premio al mejor libro del año en el País Vasco, en España), el periodista de ³En un lugar llamado guerra²… Y por supuesto están mis personajes de serie, Daniel Ros, Zack Galaxy, Víctor, Amadeo Bola, la Patrulla Galáctica 752, Sam Numit, Zuk-1, etc. Pero no hay que olvidar que mis personajes favoritos son los reales, como John Lennon o Víctor Jara. Cuando escribí la novela sobre Víctor Jara se la envié a su viuda y le pedí que cambiara lo que quisiera, que tachara lo que no le gustase, que la tirara a la basura si lo creía oportuno. Me la devolvió diciendo que la había hecho llorar, que era lo mejor que había leído sobre su marido y sin tocarme ni una sóla coma.
-¿Te sientes satisfecho con las traducciones que otros hicieron a tu obra?
-Me han traducido a muchas lenguas, y la verdad es que cuando veo un libro mío en coreano, japonés, griego, búlgaro o eslovaco… no tengo ni idea de si está bien traducido o no. Al italiano, francés, portugués… sí, puedo llegar, pero a otras no. La única referencia la tengo de Alemania, donde la critica ³se cargó² la traducción de ³El último verano miwok² diciendo que era una obra demasiado bella para tan funesta traducción.
-¿Cómo concibes idealmente a un autor para niños?
-No hay un ideal, pero sí es cierto que no todo el mundo puede escribir para niños. Hay que ser un niño, tener una sensibilidad especial, y aunque tengas 40 o 50 años, recordar también tu niñez. Y por supuesto olvidarse de histiorias cursis y de moralinas estúpidas.
-Independientemente de que eres uno de los autores españoles más aceptados hoy por los niños y jóvenes, y por ende, más vendidos, a veces he escuchado que algunas te critican por varias razones:
Primero) Por la gran cantidad de obras que publicas anualmente lo que hace sospechar a algunos de su calidad.
-¿Qué es la calidad? Picasso pintó hasta el día de su muerte, con más de 90 años. Se levantaba cada día y pintaba. ¿Puede hacerlo un pintor y no un escritor? Ray Bradbudy decía que ³cantidad es igual a calidad², y yo abogo por esa idea. Cuanto más escribo, más se escribir. Respeto al que hace un libro cada cuatro años. Pero exijo respeto también para esa casta de autores con una mayor facilidad creativa, llámense Balzac, Simenon o yo mismo. Cuando viajo, preparo mis argumentos y trenzo mis guiones. Cuando estoy en casa, escribo cada día ocho horas. Yo tardo días, semanas, meses o años en hacer el guión de un libro, depende de la historia, de si he de ir al país en que sucede o no. Tardé 25 años en escribir ³Victor Jara², tarde 15 años en escribir ³La memoria de los seres perdidos², tarde 10 años en escribir ³Las chicas de alambre², tarde 4 años en escribir ³Campos de fresas², pero ese es el tiempo que transcurrió desde que tuve la idea hasta que la escribí, porque una vez tengo el guión (que es la base del libro y ahí no me mueve ninguna prisa) lo que hago es encerrarme en mi casa y hacer el libro de un tirón. Lo tengo tan y tan claro en la mente, que es como una película que estoy relatando. Volviendo a lo de la calidad… ¿Por qué desde hace 25 años la gente joven me lee y me ha convertido en el autor más vendedor y leído de España? Dicen que porque les emociono. Cuento historias, con palabras sencillas, no soy un intelectual, soy un novelista, a la vieja usanza. Hablo de personas y sentimientos en el marco de una historia que les atrapa. Ese es el único secreto. Escribo sin parar, y si me publican mis editores es porque vendo esos libros, de lo contrario no me los editarían. Soy diferente, sí, quizás excesivo, sí, ¿y qué? Me enorgullezco por ello. ¿Vamos a ser todos iguales? A alguien le tenía que tocar este papel y sin pretenderlo me ha tocado a mí.
Segundo) Por la diversidad de registros en que te mueves.
-Me aburriría mucho sí sólo escribiese novelas policias, por ejemplo. Soy una persona curiosa, siempre lo he sido. Me encanta aprender con mis novelas, y crecer como ser humano. Espero vivir 100 años, no perder esa curiosidad por el mundo que me rodea, y poderlo plasmar todo en mis novelas. Cuando un tema me apasiona, me lanzo a él. Y si de algo no he escrito, busco la forma de hacerlo. La pasión es la clave en este aspecto. Pasión por lo que hago, por la vida.
Tercero) Porque en algunas de tus obras más realistas se te acusa de ³copiar² o ³imitar² la jerga popular de los jóvenes, sus modos de expresarse.
-Yo no copio ni les imito. Sencillamente hablo como ellos. Son mis amigos, voy a escuelas y hablamos, sigo yendo a conciertos de rock… La edad es un estado mental más que físico. He sido un rockero toda la vida, no un academico de la lengua. Mucha gente pone palabras ³modernas² en libros juveniles y se les nota que lo hacen de oídas, que no las sienten, que no las viven. No es mi caso, al menos hasta ahora. En una novela realista sobre el mundo de los jóvenes no puedes hacer que un pandillero hable con florituras y parezca idiota, aunque tampoco debas empobrecer el lenguaje hasta límites absurdos. Tú has de escribir como sabes, pero el personaje que habla en la novela ha de hablar como corresponde a su personalidad.
-Te doy la oportunidad de defenderte de tus detractores.
-No es una defensa, no tengo porque defenderme de nadie. Un artista tiene que hacer lo que cree y punto, pasando del resto. No puedes gustar a todo el mundo por igual, esto es evidente, y cuando alcanzas un grado de popularidad como es mi caso, no sólo en España sino en Latinoamérica (publico obras originales, que no están en España, en Colombia, Chile, Ecuador, México…), y en los muchos países donde he sido traducido, es normal que estés a la vista de todos y seas blanco de críticas y envidias (la envidia es un deporte nacional en España). ¿Cuanta gente vive de escribir? Poca. ¿Cuantos autores venden miles de libros y tienen cerca de 50 best-sellers? Menos que pocos. Siete millones de obras vendidas en España, el hecho de ser mis novelas lecturas obligadas o recomendadas en muchos colegios, y la reciente lista del Ministerio de Cultura español, en la que figuro en el nº8 de los autores más leídos en colegios, me avalan. Pero soy el nº8 porque los primeros son Becquer, Lorca, Galdós, Baroja… es decir, gente muerta hace años. En esa lista supero a Cela en 4 puntos, y soy uno de los 4 que están vivos y el único que escribe para jóvenes. Y sólo tengo 57 años recién cumplidos este verano de 2004. Es decir, público, la mayoría de la crítica y mis editores, me avalan. A mí, los detractores, me parecen estupendos, pero me dan igual. Que hablen. Yo escribo. Sólo tengo una vida y quiero agotarla, morir saciado haciendo lo que más me gusta: escribir. No voy a dejar de hacer lo que más me gusta, aquello que siempre soñé hacer, porque alguien opine que si escribiera menos sería mejor o tendría ³más calidad². La calidad es gustar. Sólo tengo una vida. Ya descansaré cuando me muera.
-¿Sueles hacer caso de la crítica? ¿Consideras que a través de las publicaciones españolas se ejerce una buena crítica literaria, en cuanto al libro para niños y jóvenes?
-La crítica es muy escasa, sólo existen un par de revistas de LIJ mensuales, los escritores para jóvenes no existimos. Representamos en España un gran tanto por ciento de las ventas de libros pero en los medios de información nunca salimos, no se nos tiene en cuenta. Periódicos como El País sólo dedican una página por Navidad o el Día del Libro, ¡una página! En Catalunya el periódico Avui tiene una sección semanal y es de los pocos. Recuerdo cuando Javier Cercas llegó a los 100.000 ejemplares de ³Soldados de Salamina² que algunos periódicos lo pusieron como gran noticia. Yo en aquellos días había rebasado los 250.000 de ³Campos de fresas² y nadie dijo nada, claro. La crítica me ha tratado bien siempre, reconociendo intensidad, honestidad… Para mí es suficiente. Una novela puede gustar o no, pero el trabajo de quien ha consagrado su vida a un sueño es importante. Yo asumo muchos riesgos con mis temas, mis historias, mis enfoques, y a veces crees hacer una obra maestra y no te sale como esperabas por ese riesgo que asumes. Acepto que se me carguen un libro, no hay problema. De todas formas yo siempre seré polémico. Lo fui en mi época rockera, como critico musical, por mis puntos de vista y mis enciclopedias de rock. Decían que era ³excesivo². Bueno, sigo siéndolo. Afortunadamente, después de tantos años, hay cosas que ya trascienden por su peso. Están haciendo una tesis doctoral sobre mí, hay muchos estudios sobre mi obra, etc.
-¿Reconoces en tu estilo alguna influencia de autores clásicos o contemporáneos?
-No. Al menos directamente. Es posible que sin darme cuenta un día leyera algo que luego, años después, utilicé yo mismo, pero no ha sido consciente. Cuando publiqué ³…en un lugar llamado Tierra² dijeron que yo era el Asimov español. Tuve que leerme a Asimov para ver en qué me parecía porque no había leído nada suyo. Y cuando hice ³En Canarias se ha puesto el sol² dijeron que yo era el Frederick Forsyth de España, así que tuve que leer ³Los perros de la guerra² y ³Chacal² por lo mismo.
-¿Cuáles fueron tus lecturas de niño?
-De muy niño no tenía dinero, ni biblioteca en el colegio o en el barrio, así que mis vecinos me daban pan seco y el periódico del día anterior, lo vendía a un trapero al salir del colegio, y con la media peseta que me daba alquilaba un libro. Eran libros muy malos, del oeste, de gangsters, de marcianos… Esa fue mi formación. No puedo presumir de influencias tipo Tolstoi o Stendhal. Nada. A los 15 o 16 años ya pude alquilar libros mejores y descubrí a Edgar Rice Burroughs (Tarzán), a Julio Verne (aunque me parecían un coñado sus descripciones científicas y me juré que yo nunca cargaría mis obras de datos), a Enid Blyton… Pero mis verdaderas lecturas eran los comics: ³Flash Gordon² y ³Rip Kirby² de Alex Raymond, ³El Capitán Trueno² de Ambrós, ³Hazañas bélicas² de Boixcar… La primera novela que me impactó fue ³El filo de la navaja², porque el prota era como yo quería ser: una buena persona.
-¿Cómo insertas tu obra dentro del panorama actual de la literatura infantil española?
-Yo no puedo responder a eso. Que lo hagan los críticos. Pero si puedo decir que hice ciencia ficción cuando nadie hacía y que comencé con mi realismo crítico a fines de los años 80 cuando a nadie se le ocurría hacer novelas así. Pionero y rompedor, sí, pero lo otro, repito, no me toca a mí decirlo. La palabra que resume lo que hago y me mueve es ³compromiso².
-¿Qué atributos morales piensas que debe portar consigo un buen libro infantil?
-Ninguno. En cuanto se pretende dar ³un atributo moral² a algo… deja de ser un libro, se convierte en un mensaje encubierto, en un panegírico, un vehículo tan o más castrante que la televisión. El arte es libertad.
-Por tu experiencia, ¿cómo valoras la literatura para niños que se escribe hoy en España?
-Al contrario, no tengo ninguna experiencia. No puedo leer todo lo que se publica. Leo los libros de mis amigos y poco más. Sí puedo decir que Ana María Machado dijo que en España, el hecho de que los libros estén tan supeditados a las escuelas, hacía que fuesen obras poco libres. Y eso creo que es cierto. En los últimos años ha habido tanta censura, tanta (no poner palabras fuertes, no poner situaciones comprometidas, nada de erotismo), que incluso muchos autores han llegado a la autocensura porque si hacían novelas duras corrían el riesgo de no publicarlas. Yo he llegado al punto de que cuando una editorial me dice sí a un libro le exijo el ³sí² con el compromiso de no venir después con retoques o cambios. Y me han rechazado muchos libros por mi fama de duro, agresivo o por denunciar cosas fuertes. En 2003 mi novela sobre el lesbianismo en la adolescencia tuve que enviarla a un premio literario, y ganarlo, para que fuera publicada. Hay temas tabús. Se prefiere esconder la cabeza. Este tema de la adolescencia, por ejemplo: ¿cuando descubre una persona que es gay o lesbiana, a los 30 años? No, en la adolescencia. ¿Por qué hay tantos suicidios y frustraciones? Este tema ya ha sido tratado en el Senado de EEUU, y pronto deberá hacerse lo mismo en España. Pero… ¿ponerlo en un libro, serio, riguroso, y que sirva para plantearlo en la escuela? ¡Ah, no, eso no! Y cuidado: cuando a los jóvenes se les quiere decir qué leer y cómo leerlo luego se les quiere decir también cómo han de pensar.
-Has escrito indistintamente cuento, noveletas, novelas y libros que divulgan el quehacer musical contemporáneo. ¿En cuál de estos géneros te has sentido más cómodo?
-Alguien dijo una vez que yo soy un género en mi mismo, y eso sí es cierto. Me siento cómodo escribiendo, cada día, pero me da igual de qué. Cada mañana quiero saltar de la cama para retomar la novela que esté haciendo, reunirme con mis personajes. Cuando termino una novela puedo llorar. Y pienso ya en la siguiente. Me aburriría mucho si fuera ³un autor de género². No me imagino haciendo sólo novelas policiacas. En Estados Unidos esto les causó asombro, porque tenía premios literarios para obras de ciencia ficción, policiacas, de fantasía, de ambiente musical, políticas… No lo en tendían. En una presentación dijeron que era un genio y no pude evitar echarme a reír, pero lo decían en serio y se molestaron conmigo por mi poca sensibilidad… para conmigo mismo. Ahora aún me sorprende cuando en Colombia me llaman ³maestro² en las entrevistas en radio o TV.
-¿Qué piensas de la relación literatura mercado?
-Creo que son dos cosas distintas. Yo no podía soportar la presión de que la Coca-Cola o quien fuese cogiese un libro mío y lo convirtiese en un producto de marketing. Nunca quiero entrar en ese juego. Para mí lo que cuenta es escribir, nada más. Nunca sigo la evolución de mis novelas ³en el mercado², jamás he llamado a un editor para preguntarle cómo va mi libro. Ya me entero cuando me liquidan los derechos de autor cada año. Me interesa la gente, hablar con mis lectores.
-¿Podrías opinar de la relación autor-editor?
-En mi caso, que soy mi propio agente, es perfecta y maravillosa. Creo que soy el autor más cómodo que tienen (en España ha publicado en casi todas las editoriales), nunca les pido nada, ni dinero ni cifras exorbitadas de avance de derechos. Me da igual lo que me den porque luego, al fin y al cabo, te lo van a descotar igual de lo que vendas, y yo sé que mis libros se venden, así que no quiero sacar el máximo antes. Nunca me he peleado con ningún editor, tengo al menos un best-seller en cada una de las que edito, con lo cual tampoco se me han quejado jamás de darle a una un libro mejor que el suyo. Distribuyo mis novelas según mi criterio.
-Si tuvieras que salvar solamente diez libros de un naufragio ¿cuáles escogerías? ¿cuál de los que has escrito?
-De niño odiaba ³El Quijote², porque me obligaban a leerlo en clase (a mí, encima, en voz alta, por ser tartamudo), pero hoy reconozco que lo tiene todo, es fundamental. Después salvaría… más que por libros, por etapas o estilos, algo ruso (Tolstoi), algo francés (Stendhal), algo americano (Steinbeck y Hemighway), por supuesto poesía y ahí el terreno es más amplio (no olvidaría a Lorca, Machado y Neruda), algo latinoamericano (Cortazar, García Marquez)… No sé, eso de las listas cerradas es duro. En mi caso sucede lo mismo, ¿salvo mis grandes éxitos por ser los más vendidos? Tengo libros que me parecen mucho mejores y se han vendido menos, caso de ³El fabuloso Mundo de las Letras², o ³Víctor Jara² que es uno de mis mejores trabajos. Tampoco pueden compararse los infantiles y los juveniles, o los de ³adultos². Veamos… El estilo y la técnica narrativa de ³Noche de viernes² ha influido ya en una generación de escritores jóvenes, sobre todo en latinoamérica, también citaría ³La bomba², ³En un lugar llamado guerra², ³El soldado y la niña², ³La música del viento², ³Dormido sobre los espejos², ³Rabia² (que es la novela juvenil perfecta)… pero como ves, son obras recientes, están más vivas. Y no olvidemos mi mejor trabajo ³adulto², la trilogía de ³El tiempo del exilio², más de 1000 páginas divididas en tres volumenes contando la historia de tres familias durante 40 años, desde que acaba la guerra civil española. La acción se desarrolla en México, Cuba, Argentina, Chile y Colombia, y estuve año y medio haciendo el trabajo básico, aprender modismos de cada país… Creo que es algo muy especial. Mis cinco novelas sobre los grandes temas latinoamericanos o las tres sobre Cuba me resultan especialmente atractivas por mi implicación personal y directa, así que, destacar algo… ¿cómo es escoge un hijo más que a otro?
-Te conocí por una magnífica serie publicada por Ediciones SM, la llamada ³El ciclo de las Tierras², que proponía una ciencia-ficción humanista, pienso yo que al estilo de un maestro como Ray Bradbury. El acercarte a temas más actuales, a realidades más cercanas a los jóvenes ¿te ha hecho dejar aquel tipo de literatura que tan bien se te daba?
-No lo he dejado. Yo hago lo que me pide el cuerpo, soy hombre de instintos y pasiones. La prueba es que en enero de 2005 se edita la que creo que es mi mejor novela de ciencia ficción, ³Crónica de Tierra 2² (Minotauro), que podría considerarse la cuarta parte de aquella trilogía. Y en Colombia edité hace tres años ³Marte XXIII² (Norma) a vueltas con lo mismo, el humanismo en el mundo del futuro. Ahí sí es cierto que al escribir tanto, hasta mis fans le pierden el rastro a lo que hago. Por eso recomiendo siempre visitar mi web y estar al día.
-Aunque desafortunadamente no he podido leerlas, tengo entendido que en varios libros tuyos abordad aristas, digamos que difíciles, de la realidad cubana. ¿Podrías referirte a estas obras?
-Es lo que yo llamo mi trilogía cubana, porque he estado en Cuba ya siete veces y voy mucho allí (y a otras playas del Caribe) a preparar mis guiones. Suelo encerrarme diez días en Varadero, en el Hotel Melía Las Américas, solo, y preparo o acabo los guiones de mis próximas obras. Esto lo hago dos veces al año. Este 2004 me recorrí en coche todo el sur de Cuba en enero y luego en junio me fui a una isla de Cartagena de Indias. Mi trilogía cubana arranca con ³Cuba, la noche de la jinetera². Estuve en el 94 en los días previos a la crisis de los balseros y lo convertí en una novela policiaca (es el mejor género para contar y denunciar cosas). En la trama, aunque sea secundaria, hay un plan para matar a Castro. Mi personaje, Daniel Ros, llega a estar frente a él, intentando advertirle, porque para Ros, Castro y el Che son sus héroes de la infancia. Después de publicarse me enteré de que un autor cubano tenía uno y había una cola de 300 personas para leerlo. Se lo dejaba dos días por persona. Me dijeron que estaba considerado subversivo, lo cual me extrañó porque yo amo Cuba y he firmado manifiestos antiamericanos por el tema del bloqueo. Este escritor me dijo que era el autor extranjero que mejor había sabido reflejar el temperamento cubano y lo que era el país en una novela. El segundo libro es ³Dormido sobre los espejos², elegido mejor libro del año en el País Vasco en 2003. Un joven español descubre que su abuelo está vivo, en Cuba, e investiga el tema, por lo cual se va a Cuba. Descubré por qué tuvo que irse de España (tema político) y que en Cuba estuvo luchando con Castro en Sierra Maestra, e incluso le salvó la vida al Che. En La Habana el chico se enamora, reencuentra a una familia que no sabía que existía porque el abuelo se casó y tuvo muchos hijos. Y cuando regresa y habla con su abuela, descubre además en la última página el gran secreto quje es la clave de la novela. La tercera es ³Regreso a La Habana², la historia de una jinetera vista a través de los tres hombres que se enamoran y que le juran volver a por ella. Esta novela que arranca en 1994 y termina en 2001, cuando el caso Elian, me sirve para hacer un fresco de la evolucion de Cuba en estos años, porque en este tiempo y después del tema balseros llegó la visita del Papa, el retorno de los restos del Che, la cumbre iberoamericana, Elian… Pero es mi obra más crítica, porque cuando llega uno de ellos (no se dice cual) ella ya ha muerto en una balsa tratando de ir a Miami. ¡Ah, y en mi trilogía ³El tiempo del exilio² también salen Cuba, Fidel Castro y especialmente el Che como personaje amigo de uno de los protagonistas! Me fascina el país, su gente, la leyenda, aunque estos sean otros tiempos y todo haya cambiado.
-¿Eres un músico frustrado?
-No, nunca pensé en ser músico, ni se me ocurrió. Si mi padre no me dejaba escribir, menos me habría dejado tocar la guitarra. No me quiso comprar una máquina de escribir para que no ³hiciera tonterías², así que una guitarra… imposible. Crecí en un tiempo duro, tuve que trabajar y fingir que estudiaba hasta los 22 años, y luego ya di el salto a la prensa musical, pero yo tenía muy claro que lo mío era escribir. Nunca me he arrepentido de ello, ni de haber dejado de ser comentarista musical. Antes viajaba con las estrellas, en sus jets, en helicoptero, en sus limusinas, y ahora me pago los viajes a Asia, Africa, Oceanía, Latinoamérica con mi dinero. ¿Qué más da? Son etapas de una vida y has de asumir que se queman unas porque nacen otras.
-¿Te gustaría, alguna vez, tocar en una banda de rock?
-Gustarme, me gustaría, como me gustaría dirigir una película, ser actor en otra, ir a la Luna o simplemente salir al espacio… Pero eso son los sueños de mucha gente. Una vez canté en el homenaje a Víctor Jara, en Barcelona, ante 5000 personas (fue una jugarreta que me hicieron los músicos, callando de golpe, para que me quedara solo ante el peligro) y otra toqué la pandereta en un concierto con mis amigos de Tribu, el grupo de Sati Arisa.
-Si tuvieras que integrar una banda gigante ³Todos estrellas², ¿qué músicos escogerías para estar en ella?
-Ya hubo dos bandas así, Beatles y Led Zeppelin. Pero si hiciera yo una… Stevie Winwood, Vangelis, Brian Auger y Keith Emerson (teclas), Eric Clapton, Jimmy Page y Jimi Hendrix (guitarras), Paul McCartney, Jaco Pastorius y Stanley Clarke (bajos), Keith Moon y Charlie Watts (baterías), Ian Anderson (flauta), John Mayall (armónica), Robert Plant, Eric Burdon, Bruce Springsteen, Bono, Elvis Presley y Janis Joplin (voces), Stevie Nicks, Graham Nash, Michael Jackson, Cass Elliot y Freddie Mercury (coros), la sección de viento de Chicago Transit Authority, Bob Dylan (letrista), Elton John (compositor), Jim Morrison (vídeo) y John Lennon (¡efectos especiales!). ¿Me dejo a alguien?
-¿Puedes anticipar en qué obra trabajas actualmente?
-No. Nunca hablo de lo que hago o voy hacer, sólo de lo que está hecho y la gente puede ver, tocar, sentir, oler, leer. Además, escribo sin parar, lo que hago hoy puede que sea viejo el mes que viene.
-¿Qué es para ti lo más importante en la vida?
-La vida. Si la vives a tope es fantástica. Y ya sabemos que el mundo es un caos de mierda, pero eso no es una excusa. Si has nacido en un país con problemas, tendrás problemas, pero no puedes rendirte. Si encima has nacido en un país ³normal², con oportunidades (o sin ellas, te las buscas)…
-¿Qué es lo peor?
-Lo peor serían dos cosas: envidia, intolerancia, politica, racismo, guerras y todo eso por un lado, y por el otro….Mira, he hecho un libro que, cuando se edite, porque va a ser difícil, lo más seguro es que no pueda impedir que quiten la dedicatoria. Y no voy a poder impedirlo porque es un gran proyecto benéfico probablemente para UNICEF y lo que quiero es que salga, no pelearme por su dedicatoria. Pero voy a transcribírtela tal cual. Dice así: ³Este libro NO está dedicado a George W. Bush, a José María Aznar, a Ariel Sharon, a Tony Blair, a Silvio Berlusconi, a los ayatollás intransigentes, a Saddam Hussein, a Osama Bin Laden, nombres actuales que antes fueron Slobodan Milosevic, Radovan Karadzic, Augusto Pinochet, Jorge Rafael Videla, Pol Pot y, todavía antes, bien pudieron llamarse también Adolfo Hitler, Benito Mussolini, Josef Stalin, Francisco Franco y tantos otros a lo largo de la historia, porque los nombres sólo son espejos repetidos del mismo ser, mantenido a través del tiempo con el horror y el espanto de la intolerancia, el desprecio, el olvido, la indiferencia y la soberbia². Creo que esto resume lo que pienso de ³lo peor² de la vida.
-¿Cuál es el libro que sueñas con escribir y todavía no te ha sido posible?
-He escrito todo lo que he querido y más, y espero vivir 100 años y morir escribiendo. He hecho posible lo que he deseado de niño, joven y adulto. Me siento un privilegiado, feliz, viajo por el mundo, escribo, tengo salud… Parece frívolo decir que he conseguido casi todos mis sueños, pero es verdad. Me quedan dos grandes sueños literarios y uno personal, pero si un día los alcanzo, no significará que ya me baje del tren de la vida. Me buscaré otros sueños. El personal por cierto nacerá en breve: La Fundación Jordi Sierra i Fabra de ayuda a jóvenes escritores. Y esto, ahora mismo, cuando lo escribo (agosto de 2004), es una primicia.