EL PAÍS, Gaceta (Colombia 2010)

SOBRE LA VIDA.

1.
¿Cómo empezó su historia con la literatura, cómo, en qué momento, descubrió su vocación y supo que en la vida sería escritor? ¿Tuvo algo que ver con el accidente que sufrió en 1955? ¿Qué pasó?

RESPUESTA – Yo nací para escribir, lo habría descubierto igual a los 10, a los 12 o a los 15 años, pero se me manifestó a los 8. Nací como hijo único en una familia derrotada por la guerra civil en España. Mi padre, además, había sido hijo ilegítimo, así que se empeñó en que yo fuera matemático o algo así. Por si eso fuera poco, era tartamudo, gago. Lo superé y llegué a ser locutor de radio 4 años, pero en la infancia y la adolescencia eso era un trauma muy duro. Yo era mal estudiante, pero leía un libro al día. Tenía que alquilarlos, no había dinero en casa para comprar más que comida, y no tenía biblioteca ni en mi colegio ni en mi barrio. Así que vendía pan seco, periódicos viejos que me daban los vecinos, y alquilaba libros baratos y usados en una librería de intercambio. Esa fue mi cultura. No soy hijo de Hemingway ni de Dostoievsky ni de Chejov… Leía lo que podía y eso era lo que imité desde niño, ya con el estilo que me caracteriza hoy, intensidad, rapidez, diálogos, frases cortas, etc. A los 8 años atravesé una puerta de cristal y casi pedí la movilidad de los dedos de la mano izquierda, la nariz… En el hospital, todo vendado, no podía leer, sólo tenía una mano libre, pero si podía dibujar o escribir… y un día descubrí que escribiendo no tartamudeaba, escribía rápido y de corrido, y pensé que la única forma de comunicarme con los demás sería esa: siendo escritor. Pero repito que lo habría sido igualmente. Me pasaba el día inventando juegos de palabras, inventando crucigramas. De los 8 a los 12 hice varios libros de 100 o 120 páginas (los guardo en casa, con la fecha, son un tesoro). Pero mi padre me prohibió escribir, dijo que eso no era un trabajo y que me moriría de hambre. Yo seguí escribiendo a las escondidas. A los 12, a raíz de que mi profesora de lengua se burlara de mi idea de ser escritor, me plantee el reto de hacer ‘un libro gordo’. Hice una novela de 500 páginas. Cuando la terminé, dos años después, yo SABIA que sería escritor. Lo pasé muy mal por todo ello, de ahí que pensara siempre en ayudar a los jóvenes y de ahí las Fundaciones de Barcelona y Medellín.

2.
Y el asunto de la música, la pasión por el rock… ¿ cómo se dio, cómo nació?

RESPUESTA – Debía de ser un niño raro, porque me encantaba la música, pero no lo que se oía en España en la radio, flamenco o música francesa, italiana, mexicana… Yo oía óperas, enteras, de 4 horas. Esto cambió por fin cuando aparecen los Beatles y yo tengo 16 años. Me volví loco. Fui uno más de los que a partir de 1963 formó parte del sueño del rock. Seguía siendo malo en matemáticas, pero tenía olfato para la música: olfato y memoria. Sabía si un disco triunfaría o no, recordaba nombres, canciones…

3.
¿Cómo empezó a vincularse con los periódicos y medios radiales de su país?

RESPUESTA – A los 16 años acabé la escuela y me puse a trabajar 8 horas al día en una empresa de construcción. Para comprarme un disco a la semana iba a pie al trabajo y a la escuela nocturna, me hacía casi 15 kilómetros al día de un lado para otro. Me oía todo lo que salía para elegir qué comprarme. Un día un señor de una editorial me dijo que para ser escritor, en España, “o tenía dinero, o padrinos o un nombre”. Ni dinero ni padrinos, así que, optimistamente, me dije que me haría un nombre. La vida en el fondo es sencilla: yo sabía hacer algo muy bien, mejor que los demás: escribir. Y tenía una memoria de elefante y un buen gusto por la música. Así que… escribí de música. Durante dos años mandé una carta semanal a Radio Madrid, el Gran Musical, el principal programa de radio de España. Cartas de 20 folios hablando de discos, canciones… Dos años después tuve un cargo honorífico (de vez en cuando leían por radio fragmentos de algunas de mis cartas) y finalmente nos juntamos en Madrid un grupo de chicos y chicas jóvenes y creamos la revista El Gran Musical (que duró 25 años). Yo ya hacía mis primeros artículos mientras trabajaba y estudiaba. Tras eso me fui a Radio Barcelona, la emisora de mi ciudad (tanto ella como Radio Madrid eran y son de la SER, o sea, El País) y fundé un club llamado Los Musicales. En un año ya era conocido, vino la competencia, Disco Expres, y me hicieron director. Eso fue en mayo de 1970. Por fin ganaba más que mi padre y pude enfrentarme a él: dejé el trabajo, dejé los estudios que él me obligaba a hacer (todo matemáticas), y me convertí en comentarista musical y más tarde en historiador. En tres años tenía 5 revistas (que rompieron moldes por el tratamiento que dimos a la música) y un programa de radio (¡el tartamudo!). En 1972 publiqué el primer libro de música que se hizo en España, la “Historia de la Música Pop”, y me convertí también en un pionero de ello.
4.
En 1976 usted decidió dejar su trabajo de pleno para dedicarse 100% a la literatura. ¿Cómo se da esta situación, en qué contexto de su vida decidió apostarle a la literatura. ¿No le dio miedo perder cierta seguridad?

RESPUESTA – Siempre he estado convencido de que sería escritor. Cuando tienes una fe tan ciega en algo y empleas tu vida, toda tu energía, en cumplir tus sueños… Nunca pensé en ser otra cosa. En 1976 estaba en la cumbre, dominaba la crítica musical en España, tenía mucho poder, viajaba con las estrellas, era un VIP, asistía a conciertos, los entrevistaba, eran mis amigos… Pero yo me metí en la música para hacerme un nombre. Ya lo tenía. Era hora de volver a mis novelas al cien por cien. Había quedado segundo en un premio literario y ganado otro. No quería dividir mi tiempo, quería viajar por el mundo, ser y sentirme escritor, vivir de ello. Así que, casado y con dos hijos pequeños, lo dejé todo, aunque en 1977 todavía fundé una última revista para fans.

5.
¿Y por qué apostarle a la literatura juvenil, de dónde surgió este estilo para escribir? (Aunque sé que no sólo escribe literatura juvenil, también hay historia, biografías, ensayos…)

RESPUESTA – Yo soy escritor, no creo en las etiquetas. He hecho obras de todos los géneros porque soy una esponja, un tipo lleno de curiosidad por todo, que disfruta escribiendo e inventando historias. Primero fui un rockero, luego un rockero escritor, luego un escritor amante del rock, más tarde un novelista, y finalmente me llaman “autor juvenil”. Pues bien, es una etiqueta. Sigo escribiendo de todo, me han dado premios en ciencia ficción, novela histórica, novelas realistas, humor, drama, policiaco… Soy un todo terreno loco por la palabra escrita. El próximo año llegaré a las 400 obras y voy camino de los 10 millones de ejemplares vendidos, pero eso para mí no es más que un dato, la prueba de que de niño tenía razón y de que me he pasado la vida haciendo lo que más me gusta. Yo no hago novelas para jóvenes, pero por alguna razón los jóvenes de España (y muchos de Latinoamérica) me han elegido como su autor. Les gusta lo que hago. En 1981 gané el Premio Gran Angular de la editorial SM con una novela nada juvenil, y repetí en 1983. Empecé a ir a escuelas, a estar siempre con gente joven, y yo, que vengo del rock, hablo como ellos y siempre he sido un loco perdido, sintonicé y sintonizo con los adolescentes muy bien, así con el tiempo ha sido normal que de cada diez ideas que pueda tener, en 7 el protagonista tenga en 15 y 20 años. Es mi mundo, me muevo con ellos, les entiendo, se transmitir sus emociones, sus sueños, no hay problema a pesar de que yo envejezca. Envejece mi cuerpo, no mi mente.
Sobre lo del “estilo para escribir”… mi estilo es único, no lo cambio nunca haga lo que haga. No pienso jamás en quien va a leerme: pienso en gozarlo yo. Si yo lo paso bien, es probable que el lector se lo pase bien.

6.
Y viendo tantas obras, de tantos géneros, uno se pregunta: ¿cómo hace para escribir tanto? ¿Cómo se logra?

RESPUESTA -Soy una antena parabólica con patas. Veo lo que los demás no ven. Cada día, del periódico, puedo sacar dos o tres temas para novelas. Luego están los viajes, escuchar a la gente, y lo que se me ocurre a mí, claro. Mi cabeza es un sembrado, caen semillas, algunas no crecen y otras sí. Las que crecen acaban siendo libros. Me hago preguntas siempre, anoto todo, tengo libretas llenas de ideas fallidas pero que están ahí.

7.
Últimas tres preguntas de este tema, para pasar al libro. ¿Cuáles son los rituales de Jordi Sierra i Fabra para escribir? Me refiero a horarios, técnicas, espacios, lugares…

RESPUESTA – Tengo un libro editado en SM, “La página escrita”, en el que están todos mis secretos, mis trucos, cómo trabajo, cómo pienso, cómo creo personajes, diálogos, cómo hago guiones… Porque el guión es la clave de todo. Yo tengo una idea, vale, pero no es igual una idea de una novela policíaca que de ciencia ficción, histórica o realista. Para la ciencia ficción he de inventarme mundos que no existen, para lo policiaco cuadrar todos los aspectos de una investigación, si es histórica aprender… Una vez la idea crece en mi mente, voy montando un rompecabezas mental, y puedo tener 50 ideas de novelas al mismo tiempo en la mente. En eso soy una industria y, como Mozart, tengo “visión periférica” de mis obras. Lo tengo todo en la mente. Grabo reportajes útiles en video, recorto periódicos, hablo con expertos según el tema… hasta que llega un momento que tengo la cabeza llena, el archivo mental de ese libro ya cerrado, entonces hago el guión. El guión es resumir en do, 20 o 30 líneas la esencia de cada capítulo, incluidos los diálogos. Yo paso medio año fuera de Barcelona. Pues bien, los guiones los hago en los aviones, esperas de aeropuerto, hoteles… Voy mucho a islas para encerrarme, “aislarme”, exclusivamente para pensar y hacer los guiones. Las novelas las escribo siempre en Barcelona, los guiones jamás. Hace años que frecuento las islas que hay repartidas frente a Cartagena de Indias, Múcura, Barú, Isla Grande… Cuando tengo un guió acabado, soy muy rápido, escribo el libro de un tirón en una semana o dos, tres si es para adultos y muy gordo. Luego son incapaz de corregir, no creo en la perfección, creo en el instinto. Para mi corregir es enfriar. Quiero que el lector reciba mi energía, la misma con la que he hecho la novela. Cuando hago el guión puedo estar cuatro horas mirando el mar sin moverme, pensando. Cuando escribo la novela trabajo 8 horas al día y sólo salgo de casa para ir al cine por la noche, para despejarme. Este es mi sistema.

8.
Una pregunta sobre Colombia: ¿Por qué esa relación tan fuerte con el país, cómo surge?

RESPUESTA – ¿Por qué te enamoras de una chica cuando hay veinte juntas? ¿Por qué esa y no otra? Yo he estado en medio mundo, en Latinoamérica se me quiere (mis libros de música eran los únicos que llegaron al continente en español en los años 70 y 80), pero al llegar a Colombia pasó algo, no sé. La primera vez, en Bogotá, venían a mi hotel rockeros cuarentones llorando diciendo que habían sido músicos por mis libros. Ahí me di cuenta de lo que representaba yo. En Cartagena, en el Congreso del IBBY de 2000, conocí a la gente que hoy dirige mi Fundación en Medellín. Nos hicimos amigos, me llevaron a Medellín en 2001 y lo que pasó ahí fue… simplemente grandioso. Medellín es como Barcelona, me siento en casa. De esa amistad, poco a poco, cuando les hablé de que iba a hacer una Fundación en España para ayudar a la gente joven, surgió la idea de hacer una hermana gemela e independiente en Medellín. Dejaron sus trabajos para seguir mi sueño, que también era el suyo. Eso fue en 2004. Ya nos han propuesto dos veces para el Premio Asahi de Cooperación, en 2007 atendimos a 108.000 jóvenes, en 2008 a 90.000… Es algo impresionante, ¡y sin dinero, con entusiasmo, porque no somos ricos! Lo importante es que la ciudad, comenzando por la Alcaldía, confía en nosotros y en nuestro trabajo.
Y no olvidemos algo más: Colombia es el único país latinoamericano de hoy con un conflicto armado, el segundo país del mundo con más desplazados internos a causa del mismo, el segundo con más minas antipersona enterradas… Aquí hay que trabajar mucho todavía para erradicar la violencia. El 99% de la gente es fantástica, trabajadora, amable, risueña… pero unos pocos siguen secuestrando la felicidad de unos muchos.

9.
¿Y por qué tener una sede de su fundación en Medellín?

RESPUESTA – Creo que acabo de responder a eso en la 8.

10.
Por último, para terminar esta parte de la entrevista, Jordi Sierra i Fabra cómo se definiría a sí mismo… es decir, haciendo un intento de verse a usted mismo pero desde afuera, ¿que escribiría sobre usted?

RESPUESTA – No sé… soy un utópico posibilista, alguien que cree en los sueños, que ha trabajado siempre por el suyo y ahora intento ayudar a otros con la Fundación, estoy siempre contento, soy optimista… No soy un santo, soy un diablo. Pero me salvó la vida leer, mi voluntad, no doblegarme ante nada ni ante nadie, creer en mi. Mi código ético se basa en cinco palabras: paz, amor, respeto, honradez y esperanza.

LA NUEVA TIERRA

1 – Por qué decidió escribir La nueva tierra. Es curioso que un español cuente la historia de la Conquista española y la independencia con ese tono… el del un soldado que ve a sus compañeros como bárbaros que arrasaron una cultura…

RESPUESTA – No suelo aceptar encargos de editoriales, escribo siempre lo que yo quiero, como lo siento y cuando lo siento, pero sabido mi amor y mi vínculo con estas tierras, Marta Higueras, editora de Alfaguara en España, me propuso hace dos años el tema. Yo, como es natural, apenas si sabía nada de lo que pasó. Le pedí un compás de espera y en mis siguientes viajes a Medellín empecé a investigar. Vi de inmediato que ahí había una historia, una buena historia. Como en otras novelas históricas mías decidí respetar lo sucedido, sin alterar nada, y ponerle encima a un personaje que lo viviera todo. Así nació el protagonista de la novela, algo así como un hippy del 1800, o el primer antimilitarista y pacifista de nuestros días. Creo que en toda guerra ha sucedido algo así, hombres que han ido con unos ideales y al poco se han dado cuenta de la mierda que esconden las guerras, todas. La independencia americana no es más que un reflejo de las guerras actuales. Los soldados (en el fondo chicos jóvenes armados) creen que van a luchar por la libertad, la democracia, como antes era por su Dios y por su rey. Luego ven que todo son intereses, que se va a pelear por el petróleo o por partidismos geoestratégicos. Yo no podía contar la historia de la independencia de otra forma a cómo la he hecho. No creo en la violencia, fui hippy, me negué a servir en el ejército cuando me tocó hace 40 años (con la dictadura de Franco todavía en España me jugué la cárcel). Yo no veo curioso que un español cuente la verdad: lo veo de justicia. Pero no sólo fue España el país que arrasó con indígenas y culturas, también lo hicieron ingleses, holandeses, franceses, portugueses… Así fue y hay que reconocerlo.

2 – La novela tiene un trasfondo histórico importante. Habla de fechas concretas, de personajes históricos como Policarpa Salavarrieta, como Pablo Morillo, supuestamente pintado en los libros de historia como El Pacificador… ¿hasta qué punto la novela es historia y hasta que punto es ficción, literatura?

RESPUESTA – Bueno, toda la parte histórica la he respetado al máximo. Fechas, nombres, datos… Lo inventado es ese soldado de 17 años que llega creyendo una cosa y pronto se da cuenta de que todo es muy distinto, que no lucha por su rey ni por Dios, sino por muchos intereses creados, exactamente como hoy sucede. He sido muy fiel a la realidad histórica. Estuve un año documentándome y contando con valiosas ayudas en el asesoramiento, como la de Gonzalo España, sin el cual no habría podido ser tan precioso.

3 – ¿Y en España qué dicen sobre el libro, que reacciones pueden llegar a tener cuando leen la historia de otro cristal?

RESPUESTA – No tengo que pedir perdón por lo que hicieron mis antepasados, como no han de pedirlo los alemanes por haber engendrado el nazismo o los pioneros americanos por haber exterminado a las tribus indias de Estados Unidos. Eso sucedió, es la historia, pero hemos de aceptarla, reconocerla y, lo más importante: entenderla. Para eso te has de quitar la venda de los ojos y ser sincero. Soy ciudadano del mundo, no creo en banderas ni en fronteras… pero las hay. No se puede entender el presente sin saber de dónde venimos. Siento lástima por los jóvenes que no quieren saber nada del pasado porque es eso, pasado. Están condenados a repetirlo.
Las reacciones de los lectores ante mis novelas, o las de los críticos, nunca me han importado demasiado. A todo el mundo le gusta que le alaben lo que hace, pero el artista no puede estar sometido al dictamen de los demás. Sea pintor, escritor o escultor… el artista ha de ser fiel a sí mismo, ser honesto con su trabajo. Este es un trabajo honesto, hecho con y desde el corazón. Yo siempre he tenido suerte, con el público y con la crítica, saben quién soy, que arriesgo siempre, que cuando pongo un dato lo he contrastado, así que no espero nada especial con “La nueva tierra” salvo una reflexión en las escuelas en las que se lea en mi país y también en las colombianas, a no ser que algún político de derechas en España, de los que todavía cree que “descubrimos”, “ayudamos” y “dimos una lengua y una religión”, lo anatemice y diga que es partidista. ¿Partidista? Yo estudié de niño un montón de mentiras, que Hernán Cortés era un héroe español… cuando en realidad fue un asesino en masa, por ejemplo. Los frailes quemaron todo lo de los mayas… Hay muchas cosas, y repito, no sólo españolas. En Inglaterra a Drake lo llaman Almirante, cuando fue un corsario, por ejemplo. Cuando yo era niño en España se celebraba el Día de la Raza el 12 de octubre por el “descubrimiento”. Hoy se habla de “encuentro”, aunque siga existiendo una derecha cerril que se aferra a la idea del Imperio, y se llena la boca con expresiones añejas como Patria, Honor, Dios…

4 – Y en el fondo la novela es una especie de tributo español al continente suramericano, en especial a Colombia, al Perú… tributo en medio del bicentenario.

RESPUESTA – Es un tributo sí. De un catalán-paisa, de un español enamorado de una tierra y de un ser humano que respeta a unas gentes con los sueños siempre coartados por la violencia. Creo que en medio de los muchos libros que se editarán este año en Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador… hacía falta la visión de uno del otro lado del Atlántico. ¿Y qué mejor que hacerla en una novela ‘presuntamente’ juvenil, porque desde luego puede leerla cualquiera, no sólo los jóvenes? Hace 3 años ya publiqué una novela escrita en paisa, “Cartas a Diana”, una bella historia de amor en esta Colombia que lleva 200 años peleando consigo misma.

5 – ¿Cómo fue el proceso de elaboración de la novela, es decir, el proceso de escritura e investigación?

RESPUESTA – Lento pero gratificante. Un año leyendo de todo, hablando con eruditos del tema, haciéndome una idea de qué pasó y cómo pasó. Lo más complicado fue la investigación sobre los muiscas, porque nadie tenía mucho material acerca de alguno aspectos de su cultura. Y era necesario que Mateo se enamorara, porque sólo el amor te hace cambiar del todo. Quería que al final más que español o criollo fuera un ser humano.                             Desde el primer momento el personaje principal estaba definido. Era la mejor forma de contarlo todo, a través de los ojos inocentes de un chico de17 años que llega a por la aventura y se tropieza con la realidad. Nada más llegar los españoles asediaron Cartagena de Indias y después de 106 días murieron 6.000 personas de hambre. Fue dantesco. Por eso soy tan y tan feliz de presentar la novela en Cartagena. Me emociona sólo pensarlo. Espero que acudan muchos maestros. Para mí es un regalo. Ah, el guión definitivo también lo preparé aquí, en la isla de Múcura, a dos horas de Cartagena en barco, en mayo de 2009. La novela la escribí en junio.

6 – ¿Que espera de la novela, que efectos espera que se den en estas tierras con La nueva tierra y esta fecha de celebración del Bicentenario?

RESPUESTA – En primer lugar es una contribución a los fastos de este año. Una contribución que, visto todo lo que va a editarse en Colombia, era necesaria porque la historia se hizo tanto aquí como en España. ¿Qué hubiera sucedido si España hubiera enviado un segundo contingente de tropas? Estuvo a punto, y a última hora no llegó a zarpar. Los jóvenes colombianos han de entender por qué en plena independencia ya hubo guerras civiles, por qué este país lleva 200 años luchando consigo mismo. Han de entender la violencia actual partiendo de la historia, su historia. Una novela te obliga a reflexionar. Si lo consigo, seré feliz, en Colombia y en España, dos países en los que los jóvenes no sienten especial interés por su pasado ni por su cultura, y es una pena. Pero una cosa es estudiarlo en la escuela, y otra leer una novela en la que se hacen una idea de lo sucedido. Por eso es tan importante leer. La literatura te ofrece la historia compendiada y enmascarada en una novela

Jordi, mil gracias.