05 – LA FUERZA DE LAS PALABRAS

por Anabel Sáiz Ripoll
Profesora Secundaria IES Jaume I de Salou y Doctora en FilologíaI.

Publicado en Alacena nº37, Madrid, páginas 50 a 53

    Escribir sobre Jordi Sierra i Fabra (Barcelona, 1947) siempre supone un reto y un gran esfuerzo de síntesis porque es imposible condensar en las páginas de un artículo -casi siempre insuficientes- toda la obra y el espíritu de este escritor visceral e intuitivo que nos sorprende a cada paso con sus temas y sus planteamientos.
En 1997 se cumplieron sus bodas de plata con la escritura; aunque para él eso, más que un logro, fue, simplemente, un paso más en su evolución personal y literaria.
Jordi Sierra i Fabra también es uno de los autores más premiados y considerados en la literatura juvenil española. Por eso el presente estudio enlazará las respuestas de Jordi Sierra i Fabra a las preguntas que le planteamos un día de enero del 2000 con el análisis de algunos de sus temas y constantes.

1. A Jordi Sierra i Fabra se le considera una especie de todo-terreno de la literatura; pero ¿en qué género te sientes más a gusto?
“No tengo preferencia absoluta por ningún género, me siento cómodo en todos y soy un todo-terreno literario. Trato de cambiar siempre de registro así que nunca hago dos otras seguidas de un mismo género. Lo que me gusta es escribir”.
Y es que Jordi Sierra i Fabra, posiblemente es uno de los pocos escritores actuales -quizás el único- que  ha tocado todos los géneros posibles. De la novela de aventuras, a la poesía; de la novela de ciencia ficción al relato más realista; de la novela biográfica a la novela imaginativa. Se trata de un autor intuitivo y “polifacético” que no pierde ninguna ocasión para escribir ni ningún tema ni ningún aspecto que le interese de forma especial porque a este escritor, tremendamente enérgico y apasionado, le motiva todo lo que tenga que ver con el ser humano, aplicando, de forma muy exacta, la máxima clásica de Terencio:  “Hombre soy y nada de lo humano me es ajeno”.
Cabría también aludir a sus lecturas y a sus influencias literarias. Desde pequeño sintió, de forma autodidacta, la necesidad de leer. Y leía todo lo que caía en sus manos: novelas del Oeste, de gángsters, de marcianos…Confiesa que sus héroes infantiles han sido Guillermo Brown, Tarzán, Flash Gordon y el Capitán Trueno. Comprendemos su capacidad casi camaleónica al escribir, dadas las influencias tan dispares que ha recibido y su arrolladora personalidad.

2.  Enlazando con la anterior pregunta, eres un escritor con una obra considerable -más de 200 títulos publicados- y conocido en el extranjero por las traducciones; pero ¿por qué prefieres que digamos de ti que eres fértil y no prolífico?
“Es una manía mía. Odio la palabreja, porque se emplea para todo. Pero si fabricara tornillos y, en lugar de 5000 al día hiciera 6000, sería prolífico. Y no pienso que el arte sea eso. Soy fértil porque tengo imaginación, y lo bastante capaz de escribir la mayoría de lo que se me ocurre por esa misma razón. Es cuestión de semántica. Fértil es más bonito que prolífico, más poético”.
Jordi Sierra i Fabra empezó a escribir a los 8 años. Nadie le negará un continuado aprendizaje. A los 25 años le publicaron su primer libro. Es comprensible, conociéndolo un poco, que quiera derramarse sobre el papel, que quiera plasmar todas las historias que, a buen seguro, le bullen por la mente.

3.De Jordi Sierra i Fabra nunca se podrá decir que ha vivido en una torre de cristal alejado del mundo, ya que eres en escritor comprometido con tu época. ¿Puedes hablarme de este compromiso y de cómo afecta a tu literatura?
“Esta respuesta merecería un libro y es difícil de resumir. Hace poco alguien criticó duramente que “sacara noticias de los periódicos para hacer novelas, mostrando mi falta de capacidad e imaginación”. Es aberrante que alguien pueda decir eso, a menos que no me conozca en absoluto. Por suerte, Goytisolo dijo hace unos días también que en España no hay autores comprometidos, que nadie habla de los grandes temas que afectan a la humanidad salvo dos o tres, y yo soy uno de ellos. Sí, me siento comprometido, y mucho, pero no porque lo lea en los periódicos, sino porque lo he visto con mis ojos. Viajo sin parar, y de mis vivencias saco mis obras, no de los periódicos, aunque luego me documente con ellos. Gunter Grass dijo al recibir el Príncipe de Asturias que ama escribir pero que se le atravesó Alemania en su obra. Yo amo escribir pero se me ha atravesado el mundo. Cierto que también hago obras de humor, y novelas con personajes adolescentes y sus problemas, pero en los años 90 la mayoría de mis grandes obras son duras y reales, y es porque las siento así. Repito lo que digo siempre: que escribo lo que siento, no lo que imponen las modas o el público o los editores. Hace quince años empecé a hacer novelas realistas cuando nadie las hacía, por ejemplo. Mi literatura está ahora mismo muy afectada por ese compromiso”.
Queda claro, pues, que Jordi Sierra i Fabra se implica hasta el fondo en el mundo que le ha tocado vivir y lo hace de manera certera y clara, aunque sin cerrar, por supuesto, la puerta a la esperanza. Podemos citar, por ejemplo, Campos de fresas, en el que se interna en el ambiente de las drogas de diseño; Malas tierras, en que aborda la donación de órganos y toda la angustia que hay detrás; Noche de viernes se centra en la “movida” de los jóvenes que viven entre el bienestar y la autodestrucción;  El tiempo del olvido se atreve con la terrible actualidad del terrorismo. No obstante, la implicación de Sierra i Fabra no se para en las cuestiones que le rodean; sino que va mucho más lejos. El último verano miwok ya alude, quizás de manera secundaria, a la persecución a la que han sido sometidos los indios de Norteamérica; en La música del viento denuncia la explotación laboral infantil; en Kaopi se centra en las etnias perseguidas; Noche de luna en el estrecho  va directo a la inmigración ilegal de magrebíes y al trato que sufren en su propia tierra, en manos de traficantes sin escrúpulos; Las alas del sol muestra la vida en un campo de refugiados, el campo de Shek Kong en Hong Kong y lo terrible que es sobrevivir entre las propias mafias que se generan en el campo y las trabas legales; La memoria de los seres perdidos se centra en un caso de adopción ilegal en la Argentina de la Dictadura; Reventando silencios recoge la biografía de Víctor Jara y es un libro valiente que expone, con toda su crudeza, la represión que se llevó a cabo en el Chile de Pinochet.
Jordi Sierra i Fabra también se anticipa al futuro y nos muestra un mundo de ciencia ficción en la trilogía el “Ciclo de las Tierras”, por citar un ejemplo. Este “Ciclo” viene a ser la crónica de una sociedad de cemento y de hormigón que ha evolucionado mucho en el aspecto externo, pero que sigue vacilando y teniendo miedo, como las indefensas criaturas -los hombres- que la habitan al lado de las máquinas, seres que, con el tiempo, se han contagiado de los sentimientos volbles y vulnerables de las personas.
Por lo tanto, el autor parece imponerse una tarea que es trazar un itinerario claro y preciso por el mundo, hostil y duro, y buscar la salida, las claves que nos hagan no perder lo que verdaderamente importa: la paz, la igualdad, la justicia social. Y es que Jordi Sierra i Fabra se declara insatisfecho; pero eso no le frena ni lo para: “Yo estoy insatisfecho. Acuso todos los males del mundo, pero no dejo que eso pueda conmigo porque si algo tengo es que puedo contarlo. Quiero contarlo para que los demás se conciencien.” (1)
A Sierra i Fabra, sin duda, lo que más le interesa es el ser humano, como ya dijimos,  y por él y para él escribe y plantea problemas, dudas y esperanzas: “El humanismo es la clave en todo momento, en todo tiempo y en cualquier lugar, de cuanto se haga pensando en, por y para el ser humano y en su proyección en el futuro. Situar a ese ser humano en el perfil de ese futuro, ya sea el inmediato o el lejano, es ahondar por fuerza en las raíces de la historia, el pasado y el presente”  (2).

4. A menudo, en tus declaraciones, manifiestas tu independencia y libertad a la hora de escribir; pero ¿te planteas un tipo de lector determinado antes de escribir una nueva obra?
“No nunca. Ni cambio el lenguaje porque sea un cuento o una novela policiaca. Escribo y ya está, usando siempre las variedades lingüísticas o estilísticas que me da mi capacidad. No obligo a nadie a editarme y menos a comprarme. Por lo tanto, no tengo que estar supeditado a ninguna dictadura de modas, estilos, carácteres, etc. El artista que piensa en qué le gustará al público, o a su editor, o cuánto ganará con esa novela, para mí no es un artista, es un mercenario, aunque lo respeto, que conste.”
Jordi Sierra i Fabra publica en distintas editoriales, aunque con SM mantiene una relación especial que él mismo explica: “… sería injusto si no reconociera que la editorial que me descubrió como “autor infantil-juvenil” fue SM y que con ella mi gratitud  en 15 años de colaboración es infinita” (3).
Hay una colección, Gran Angular, en la que Jordi Sierra i Fabra ha publicado frecuentemente, aparte de que ha sido ganador en diversas ocasiones del premio que lleva el mismo nombre (aunque ha sido editado también en el Barco de Vapor y en Alerta Roja). Concretamente, en 1980 se presentó  con El cazador a este premio y lo ganó. Era su primera obra en la literatura juvenil y, a partir de ahí, se inició en este camino espléndido. Ganó de nuevo el Gran Angular en 1982 con …en un lugar llamado Tierra; repitió en 1991 con El último set… y, así, paulatinamente, Jordi Sierra i Fabra se ha convertido en el autor más publicado en la colección.
Veamos, muy generalmente, el grupo de intereses de estos Gran Angular hasta hoy:
1. Personajes reales y biografías: El joven Lennon, Reventando silencios.
2. Aventuras: El cazador.
3. Realismo en la vida cotidiana: Malas tierras, Campos de fresas, La balada del S. XXI.
4. Denuncia social: El último verano miwok, La memoria de los seres perdidos.
5. Superación de problemas (autorrealización del protagonista): La voz interior, La estrella de la mañana (en Alerta Roja), El último set.
6. El futuro: … en un lugar llamado Tierra, Regreso a un lugar llamado Tierra y El testamento de un lugar llamado Tierra. La trilogía se publica entre 1983 y 1987 y aborda la relación y el conflicto entre hombres y máquinas, aunque el final, como suele ser habitual en Sierra i Fabra, es esperanzador.  Comenta el autor que, cando escribió la primera obra del ciclo, no se lo planteó como ciencia-ficción, sino como un tema del futuro.

5. Un reproche frecuente que se le hace a Jordi Sierra i Fabra es que escribe mucho, demasiado y de todo. ¿Te molesta?, ¿Qué contestarías a los que opinan así?
“Otra respuesta larga. Primero, los que me reprochan eso no tienen ni idea de quien soy ni de lo que representa ser escritor, sentir ese fuego, esa pasión que te obliga a escribir. Segundo, lo de escribir “tanto” es relativo. Balzac y Simenon hicieron 400 obras cada uno y hoy son “genios”… porque están muertos. Yo llevo más de 200 pero estoy vivo y aún me queda cuerda. Tercero, no escribo aprisa, es falso. Tardo años en preparar mis novelas (la mayoría), y hasta que no tengo un guión perfecto y la película de la obra visualizada en mi mente, no la escribo. Eso sí, tengo siempre en la cabeza quince o veinte guiones al mismo tiempo. Cuando la escribo, sólo pienso en esa obra, me siento y sale de un tirón, en unos días. “Escribir aprisa” es un término falso, pero a los que se meten conmigo les va de perlas. Ray Bradbury dijo que “cantidad es igual a calidad, porque cuanto más escribes más sabes escribir”. Opino lo mismo. Si no cuidara mi obra sí sería verdad, pero la cuido. Otra cosa es que cometa errores, como todo el mundo, o que en mi afán de buscar siempre nuevas formas de escribir, me pase y “la cagué”.
Jordi Sierra i Fabra trabaja con mimo las estructuras de sus libros que ofrecen  un entramado perfecto y acabado. Y eso, por descontado, no es fruto del azar. Podemos comentar, sin ir más lejos, Reventando silencios. Aquí, con el silencio de tema central, va entretejiendo la historia:
Primer silencio, Segundo Silencio, Tercer Silencio , Del silencio al grito y El grito. Es una estructura gradativa ascendente que va incluyendo como elementos importantes fragmentos de canciones de Víctor Jara. Vemos que el grito final es, precisamente, el silencio total del cantautor; pero, en cuanto es asesinado, su nombre y su voz van a atronar en todo Chile porque ha dejado de ser una persona y se ha convertido en un símbolo.
Jordi Sierra i Fabra está luchando contra su tiempo personal y terrenal, por eso escribe, porque quiere contar el mayor número de historias y experiencias posibles. Sin embargo, como él mismo acaba de decir, no escribe tal cual, sin pensar. Su característica es que él medita mucho la historia, la va acariciando en su cabeza, le da vueltas, hasta que, un día, sale, entera y libre. Entonces es cuando él empieza a escribir, pero detrás hay una intensa labor de documentación y de trabajo.

6. En tu obra hay una serie de personajes que se van repitiendo, el del escritor, el del anciano sabio… ¿Eres consciente de ello?
“Es cierto, soy consciente y lo hago a posta. Es más, añadiría como constantes el periodista y la música. Uno siempre tiende a escribir de lo que sabe. No soy abogado, así que meterme en un juicio en España con su jerga, me costaría; en cambio soy escritor, y durante la mitad de mi vida he actuado de periodista entrevistando a las figuras del rock. De niño tenía a los escritores mitificados, los veía especiales. Ahora lo soy y me sigue fascinando. Escritores y periodistas me han juego en mis novelas, como la música, que es algo que unifica al 90 % de los jóvenes y es el mundo que mejor conozco. Lo de los ancianos es porque los venero, porque pienso en lo que han visto y lo que se irá con ellos cuando mueran. Será porque no conocí a mis abuelos, digo yo, no sé. Pero en España a los viejos se les trata muy mal, incluso por parte de hijos o nietos. Creo como los chinos que una persona anciana es más sabia, aunque nos parezca anticuada. Además todos seremos viejos algún día”.
Siguiendo con estos personajes clave, en El último verano miwok, Pablo Lafarga es un escritor compulsivo que, como el propio Sierra i Fabra, derrocha energía y pasión. Ernesto es el escritor, ya mayor, que en El último set  orienta a Virginia. En la serie Víctor, en Noticias frescas, Víctor anda todo el día en las nubes porque un escritor les ha hablado en el colegio y él quiere organizar un periódico. Recordemos que, entre las actividades frecuentes de Jordi Sierra i Fabra están los encuentros en colegios e institutos con los chicos y chicas que han leído sus novelas.
No obstante, aparte del protagonista joven, suelen aparecer otros personajes adultos de mediana edad que juegan un papel importante en la vida de este joven. Carolyn, la segunda esposa de Pablo, en El último verano miwok  acaba siendo el nexo de unión entre el padre y su hijo, David. María es una monja poco convencional. Su papel en La voz interior es decisivo. El psiquiatra de El niño que vivía en las estrellas es también un caso de compromiso con su profesión. El policía de Campos de fresas no ceja en su búsqueda para ayudar a los padres de Lucy. En La memoria de los seres perdidos un personaje adulto, de una ONG, es quien desvela la adopción ilegal a Estela.
En un alto número de historias, estos personajes giran en torno a la familia, a las relaciones de parentesco, aunque la amistad y las relaciones sentimentales son también esenciales.
Sin embargo, el personaje adolescente es el básico en su obra y el que retrata magistralmente. Jordi Sierra i Fabra tiene muy en cuenta los intereses del joven y, sobre todo, lucha para defender el desarrollo pleno de su inteligencia, memoria, imaginación… Al ser personajes cercanos al lector, es fácil que se dé un proceso de identificación, con lo cual, el lector adolescente, gracias al personaje ficticio, acaba preguntándose sobre el sentido de la existencia y es posible que elabore, progresivamente, su propio sistema de valores. Son chicos, básicamente varones -aunque, en los últimos títulos, la chica cobra protagonismo-, rebeldes, a los que les gusta la música, que hacen de sus intereses su propia bandera y que luchan por mantener sus criterios y su independencia; para  los que el amor y la amistad son valores incuestionables. Son chicos que, en suma, luchan para superar sus propias contradicciones y limitaciones y encontrar su lugar en el mundo.

7. Se ha hablado mucho de tu relación con la música, ¿podrías añadir algo a su presencia en tu literatura?
“Tal y como acabo de decir, mis amigos son músicos, he recorrido medio mundo con las estrellas del rock, lo conozco, lo he vivido, hablo ese lenguaje, y encima es algo que a los jóvenes les fascina. Será tonto no usar ese caudal de sensaciones, aunque en la última década sólo he hecho media docena de obras con la música de protagonista real. Otra cosa es que haya referencias. “Nunca seremos estrellas del rock”, por ejemplo, no es una novela de rock”.
Jordi Sierra i Fabra no puede vivir sin la música. Para él es otra pasión tan arrolladora como la escritura y sule unirlas muy a menudo. Campos de fresas  toma el título de una canción de Los Beatles, conjunto imprescindible para entender a Sierra i Fabra. El joven Lennon reconstruye los años de adolescencia de John Lennon y se cierra con su muerte que el autor califica de manera rotunda: “El futuro había terminado”. Malas Tierras se desarrolla en torno a un concierto de Bruce Springsteen. El Boss tiene, prácticamente, la edad de Sierra i Fabra y, junto con Los Beatles, es el cantante más mencionado en su obra. Led Zeppelin es el enlace previo entre los personajes de El tiempo del olvido. Banda sonora  recoge el ambiente del viejo rockero y el de los nuevos músicos. La balada del Siglo XXI  es una historia dura sobre la creación de un grupo musical que tiene mucho éxito y eso es, precisamente, lo que hace que pierdan el norte sus componentes. Cuanto más alto sube el grupo, más dura es la vida con ellos.  La memoria de los seres perdidos acaba con la canción de Sting, “Ellas bailan solas”, que es un canto emocionante a las madre y abuelas que han luchadi por encontrar a sus seres perdidos. Y, por supuesto, Reventando silencios viene teñido de música, la de Víctor Jara, por supuesto, pero también la de Violeta Parra.
Hay otra influencia notoria en la obra y en la vida de Sierra i Fabra. Hablamos del cine, aunque no siempre esté de acuerdo con él. Así, hablando de sus historias de ciencia-ficción, declara: “… me confieso poco lector de ciencia ficción actual, en la que hay mucho de postizo y muy poca verdad, no ya científica, sino elemental, fenómeno ampliado, todo hay que decirlo, por la caja de resonancias y el gigantismo de un cine que ha olvidado también una parte fundamental del género: el humanismo” (4)
No seríamos del todo exactos si no aludiésemos a una afición de Jordi Sierra i Fabra que, evidentemente, se refleja en su obra. Se trata de los viajes, a los que él acaba de aludir en una de las respuestas anteriores. Para Jordi Sierra i Fabra viajar es “una necesidad y una liberación”. Ha viajado por Londres, Nueva York, Los Ángeles, China, Nepal, Indonesia, India, Pakistán, países de Hispanoamérica, el Caribe, Cuba… Es, como sucede con la escritura, “un viajero compulsivo”.

8.  Víctor es tu personaje más querido. Háblame de él.
“Quería crear un personaje que fuera el niño que no pude ser por muchas razones, pobreza, tartamudez, etc. Y también hacer un homenaje a mi héroe infantil, Guillermo Brown. Y además crear un niño español que pueda vivir en cualquier pueblo o ciudad española, que no sea catalán ni madrileño ni vasco ni andaluz, sólo español. Así nació Víctor en diciembre de 1989, navegando por el río Nilo. Es hijo de faraones”.
Víctor es el protagonista de una serie de libros, llenos de humor y de alegría, en los que se retrata la vida de un niño normal, con su familia, sus amigos, sus travesuras. Víctor continuamente cuestiona el mundo adulto, aunque de forma amable e irónica; pero a él todo lo interesa, todo le preocupa, todo le conmueve. Las aventuras de este niño son reales y cargadas de actualidad.
Gracias a la serie protagonizada por Víctor conocemos su entorno físico y familiar (sus padres, sus hermanos y amigos…) y todo el discurrir de la vida llena de “avatares” divertidos. Víctor no sabe cómo se las apaña, pero siempre consigue que los demás se enfaden con él. Es un niño con ideas “geniales” que razona muy bien, pero que se pierde -o eso opinan los que se ven implicados en sus historias- por su desemesurada imaginación.

9. Eres un escritor muy premiado y reconocido. ¿Qué te han aportado los premios?
“ En primer lugar, me gusta competir, el morbo de ganar o perder (sólo me cabrea quedar segundo, perder y quedar último no). Nunca he concursado por el dinero del premio (a fin de cuentas te lo descuentan después, así que no es un “premio” sino un avance), sino por el gusanillo de estar ahí. Pero reconozco que los premios te dan publicidad y hacen que tus libros se vendan más, lo cual equivale también a seguridad y estabilidad. ¿Y a quién no le gusta la publicidad? Los escritores no tenemos otra forma de salir en los periódicos, a veces, que ganar un premio. Y eso que me siento bastante mimado por los medios informativos. Si no hubiera ganado el Villa de Bilbao y el Ateneo de Sevilla siendo joven no habría dado el gran salto, y si no hubiera ganado el Gran Angular tal vez no hubiera acabado escribiendo para jóvenes. Quién sabe. Tampoco he ocultado que mi padre murió muy joven sin ver nada de lo que he conseguido, y que además murió dos semanas antes de que yo ganara el primer premio literario de mi vida. Así que ahora inconscientemente tal vez los coleccione para él. Siempre quiso que ganara un premio para estar seguro de que iba a conseguirlo”.
Jordi Sierra i Fabra, haciendo un apresurado recuento, ha recibido los premios Ateneo de Sevilla, Villa de Bilbao, Gran Angular, Columna, Edebé, Vaixell de Vapor, CCEI, A la orilla del viento… Aparte, ha sido traducido a varios idiomas y es, como venimos diciendo, un escritor muy conocido y valorado.

10. Éste es un punto y seguido porque Jordi Sierra i Fabra está en perpetua evolución; pero ¿en qué estás trabajando ahora?
“Nunca hablo de lo que hago ni de lo que voy a escribir. Hay libros que salen en meses y otros que aguantan turno en una colección y tardan años. Tengo ya obras contratadas para el 20002 porque son intemporales, mientras que a lo mejor el que hago ahora es actual y sale en seguida. Pero nadie más que yo sabe lo que hay en mi cabeza”.

… Continuará

Con toda seguridad volveremos a escribir acerca de Jordi Sierra i Fabra porque nos sorprenderá una y otra vez con su especial manera de ver el mundo y de abordar los temas más polémicos. Aparte, hay muchas posibilidades para tratar su producción, todas ellas atractivas. Ésta primera aproximación es general y tiene como objetivo fundamental acercarnos no sólo a la obra, sino, esencialmente, al autor. Conociéndolos un poco, podremos leer con más gusto, si cabe, todas sus historias (5).

NOTAS A PIE DE PÁGINA

(1). Mª Cruz Delgado y Rosa Luengo: Jordi Sierra i Fabra: un escritor lleno de vitalidad”,  en “Amigos del Libro”, nº 40, abril-junio, 1998,  pp. 59-64.
(2). Jordi Sierra i Fabra: Ciencia ficción, la magia de lo fantástico o la realidad literaria de un futuro”, en  Corrientes actuales de la narrativa infantil y juvenil española en lengua castellana, Madrid, Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil, 1009, (Temas literatura infantil, 9), pp. 42-44.
(3).  Platero, nº 84, pág. 20.
(4). Ibid. nota 2, pág. 37.
(5). Puede consultarse, para tener otra visión, mi artículo “Jordi Sierra i Fabra, la pasión por la escritura”, CLIJ, nº 114, pp. 7-17.

©  Anabel Sáiz Ripoll